La araña mágica
Un fantasma de blanco
Que hoy de tarde
Y sin querer
Se cruzó por mi vista.
Carmelo siempre será un agente de Asociación
Con nuestro sexo telefónico
No creo poder arrancar
Aquella Navidad
Con ese te amo prematuro
Que te espantó para siempre
Tu estructura de mi delirio
De morirme de tu mano.
Victoria Touron.
La puta madre.
La verdad que nunca pensé
Después de haber amado tanto
Que me iba a convertir
En este Ariza de morondanga
Dispuesto a no volver a amar
Entregado a una promesa de borracho
Que el universo me obliga a cumplir
En contra de toda lógica.
Con este poema digo
Que soy una absurda leyenda
Dispuesto a resignarse
A que en tu propio casorio
No me dediques
Ni un pensamiento de piedad
Voy a ir al velorio de tu esposo
Aunque el olor a viejo
Me inavda hasta el cerquillo
Y me prometí
Hace años, creer
Que la vida me va a dar el tiempo
Para borronear toda mi inmundicia
Y volver a hacerte creer
Que no hay más palabras que las mías
Que no hay más tablados que aquellos
Que compartimos
Y que al atardecer vas a volver
Para jugar entre llantos
A que sólo en mi abrazo
Sos capaz de ser Real.
Pasan los años y mi alma
No se quiere despegar
De aquel natural misterio
Que fue el día cero aquel
Y la tarde de la luz exacta
En la que tus gritos de odalisca
Hicieron llover
a un diciembre lleno de preguntas,
Alquimicas fórmulas
Pa transformar un dolor
Que los dos confesamos cargar en la espalda.
Sé que vos y yo supimos madurar
Y encontrar en el verbo amor
Algo incapaz de herirnos
Una cómoda sensación
Desde la cual proyectar
Futuros más convenientes.
Planes pa ser exactos
En lo que manda la sociedad
Pero yo no me olvido del fuego
Ni de aquella tempestad
Que tu alma de murguista
ponía al dormir junto a mí.
Sé que tuvimos miedo
Y que yo estaba en un coma de irrealidad
Desde el que fui capaz
De alejarte para siempre
Por miedo a la inmensidad.
Pero necesito que sepas
Idiota de la ciudad
Que nadie en nuestro tiempo
Tendrá la capacidad
De hacernos sentir aquello
Que juntos descubrimos
Por ser tan apasionados
Y duros de transformar.
No podré nunca olvidarme
De esa noche previa a la Navidad
En que en contra de las razones
Elegimos apostar
A ser lo más primitivo
Que el cielo puede inventar
Y nos dijimos te amo
En contra de la voluntad
Sé que nunca fue posible
Y por eso vuelo a buscar
La rabia de tu respuesta
El glaciar de tu no contestar
Pero quiero que vos sepas
Que de acá hasta la eternidad
Yo siempre estaré esperando
Que decidas regresar.
Un fantasma de blanco
Que hoy de tarde
Y sin querer
Se cruzó por mi vista.
Carmelo siempre será un agente de Asociación
Con nuestro sexo telefónico
No creo poder arrancar
Aquella Navidad
Con ese te amo prematuro
Que te espantó para siempre
Tu estructura de mi delirio
De morirme de tu mano.
Victoria Touron.
La puta madre.
La verdad que nunca pensé
Después de haber amado tanto
Que me iba a convertir
En este Ariza de morondanga
Dispuesto a no volver a amar
Entregado a una promesa de borracho
Que el universo me obliga a cumplir
En contra de toda lógica.
Con este poema digo
Que soy una absurda leyenda
Dispuesto a resignarse
A que en tu propio casorio
No me dediques
Ni un pensamiento de piedad
Voy a ir al velorio de tu esposo
Aunque el olor a viejo
Me inavda hasta el cerquillo
Y me prometí
Hace años, creer
Que la vida me va a dar el tiempo
Para borronear toda mi inmundicia
Y volver a hacerte creer
Que no hay más palabras que las mías
Que no hay más tablados que aquellos
Que compartimos
Y que al atardecer vas a volver
Para jugar entre llantos
A que sólo en mi abrazo
Sos capaz de ser Real.
Pasan los años y mi alma
No se quiere despegar
De aquel natural misterio
Que fue el día cero aquel
Y la tarde de la luz exacta
En la que tus gritos de odalisca
Hicieron llover
a un diciembre lleno de preguntas,
Alquimicas fórmulas
Pa transformar un dolor
Que los dos confesamos cargar en la espalda.
Sé que vos y yo supimos madurar
Y encontrar en el verbo amor
Algo incapaz de herirnos
Una cómoda sensación
Desde la cual proyectar
Futuros más convenientes.
Planes pa ser exactos
En lo que manda la sociedad
Pero yo no me olvido del fuego
Ni de aquella tempestad
Que tu alma de murguista
ponía al dormir junto a mí.
Sé que tuvimos miedo
Y que yo estaba en un coma de irrealidad
Desde el que fui capaz
De alejarte para siempre
Por miedo a la inmensidad.
Pero necesito que sepas
Idiota de la ciudad
Que nadie en nuestro tiempo
Tendrá la capacidad
De hacernos sentir aquello
Que juntos descubrimos
Por ser tan apasionados
Y duros de transformar.
No podré nunca olvidarme
De esa noche previa a la Navidad
En que en contra de las razones
Elegimos apostar
A ser lo más primitivo
Que el cielo puede inventar
Y nos dijimos te amo
En contra de la voluntad
Sé que nunca fue posible
Y por eso vuelo a buscar
La rabia de tu respuesta
El glaciar de tu no contestar
Pero quiero que vos sepas
Que de acá hasta la eternidad
Yo siempre estaré esperando
Que decidas regresar.
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