La pluma baila calidamente en los mundos del alfabeto
persiguiendo los fantasmas helados
de un tiempo de amor y de hambre,
la luna juzga en la noche de la poesía,
y las estrellas lejanas son el inmenso jurado.
Llega un taxi en horas de la madrugada
alguien adivina los pasos entre la noche de aceite
Somos cuerpos flotantes en la rivera del sueno...
Las horas parecen nunca acabar
sin embargo están contadas de antemano.
Cuantas historias que no serán contadas nunca
cuantos rascacielos se esconden detrás de lo que nunca fue...
tu mirada larga y tendida, en las horas frágiles y efímeras
de una tarde que no se si llegara algún día...
Pacientemente junto mis huesos de nuevo
y entro en el ámbito profundo de tu ausencia.
Transito mil cuartos sin aire ni luz ni consuelo
mil mundos oscuros donde tu perfume se ha desvanecido.
La música, sin embargo unta su clara saliva en el aire del cuarto
cicatrizante armonía de blando y suave ambiente de irse a dormir.
Las tres de la manana se me vienen encima
y no paro de repetir tu nombre en lo profundo,
no paro de crear un mundo en mi mente
donde nada de esto es cierto y todavía existe
mi cuerpo en tu cama, mi corazón en tu mano,
donde todavía latimos con un solo pulso
y respiramos como un mecanismo sincronizado...
sin importar nada mas...
ahora ya lejos...
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