martes, diciembre 05, 2017

Medio camino a casa

Agujero a contraluz del sol. Sumo. Capucha. La fragilidad artística de una guitarra ecualizada un poco aguda. Ese reto, esa afrenta desde donde el artista s para ante la inmensidad. Remangar. Sentirse un poquito ajeno a la mañana que con gris laxitud se derrama ahí afuera y ahí viene el solo, es Ricardo, que soltando las palanganas y las clases, se arroja ante los parroquianos de hoy y de mañana, claramente desde fines de la década del 80. Era necesario el flanger, era necesario raparse y cantar en inglés, era necesario el flanger también en el saxo, igual que ayer, para mí, era necesario morir con un grito a tus pies, pleno febrero, era lo único posible, entendes, amor? Como decía la muñeca: cada paso me trajo hasta mí. Y ahí está el sabor. Sabés que un buen trago lleva bitters, y nosotros, perdón que te lo diga, tenemos los mejores bitters del complejo. Tengo todo, todo CASI bajo control, pero "mejor no hablar de ciertas cosas". Aceptar vuelve a ser lo más difícil. Bueno.... Ya voy a aprender. Soy quién soy. Mierda, me costó pila escribir eso último.

Soy quien soy. Con todo la sombra y la escasa luz, pero potente, que eso significa.. Y algo aún más salado: la quiero. La quiero de una forma tan diferente que la mayor parte del tiempo, no entiendo un sorete...


Fah me cansé, de verdad. Le dejo un beso, el más real y caótico de todos mis besos y le digo, con lo último que me queda: estoy acá. Esperando ese abrazo. Nada más. 

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