Medalla apolillada en rincones traviesos
Humedad condensada en cabeza de pirámide
Anillito
Celeridad disminuida por parajes de sombrero
Alejamiento rocoso y abrupto de motivo no explicado
Por donde desfilan mis necias hormigas negras
Deambulando hacia otra sombra
Mientras mordisquean fotos
Y lavan amnesia cuadriculada
En el arrollo cansino de nuevas meditaciones
Igual agradesco la inspiración
Pucho a pucho
La noche condesciende
Me toma de la mano
Y cruje en la lejanía una palabra jamás pronunciada
Canción de verano
Muñecas de trapo que me ven con interés
Y yo que ni pelota
Me pregunto que hubiera sido de mi sin esta locura
Si esta flor dubitativa
Se hubiera negado a crecer entre mis dedos
No contesto ni en realidad quiero contestación
Será mejor así por ahora
Fulminante apagado en constelación de arrogancias
Rosa de pólvora y huesos
Que estalla en centenar de ahogos
Luna de Marfil
Pensamiento que va y viene
Haciendo un arado en la tierra de mis ojos
Camino enamorado a la sombra del árbol
Que es esta noche rara de diciembre
Año clavado con alfileres de perla
Cuadrante imposible donde atardece misterio
Donde los ecos todavía aturden
Donde evito y niego y muerdo una cobardía pedante y mezquina, vanamente auto suficiente
Amargamente egoísta
Donde velo por la integridad de mi corazón dolorido
Y me paro en pie de guerra ante una entrega que tan solo ayer era naturalmente irregular
Pero que muestra hoy
El filo corrupto de sus mil dientes de naftalina
Al tiempo que se dispersan las polillas del amor
Para dar otra vuelta al fuego y decidir destinos
En próximos instantes eternos
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