martes, enero 19, 2016

Paloma

Hilera de espadas al mediodía 
Refugio para sabanas secas 
Donde arden las colmenas 
Y se descosen eternidades
Rampa eléctrica sin final
En la que transpiro silencios
Música de una fiesta inmensa 
Y suenan acordes sin tiempo 
Venteveos y gorriones de cartulina 
Los ojos de papel glacé
Apuntan hacia dianas lejanas 
Decoración imperfecta 
Y utilerías insomnes 
Deambulan sin viento 
Por suspiros de coral 
Ollas de sangre sin coagular 
Destino invertebrado 
Pasos de espuma 
En prisiones de vasta arena 
Sigilo de escorpión 
Veneno de pescado 
Atravesando misterios
En la hora mas corta 
Y la luna mas intensa 
Descorre brevedades 
Para aturdir silencios
Y degollar miserias 
La azul sirena del alba 
Anuncia revueltas de hollín 
Para camiones fantasmas 
Y algas de primavera 
En procesión descontrolada 
Por longitudes de nácar 
Barricas de néctar 
Y hortensias de niebla 
Perpetuarán indolencias 
Cuando pueda pasar 
Bajo la luz de la puerta 
Para alcanzar empates 
Y desdoblar inquietudes 
Por largas estadías 
En hoteles vacíos 
Timón de respiración 
Vapores de aguas quietas 
Y juncos dramáticos 
Al filo del amanecer 
Recorreremos perfiles 
Al resguardo de viejos fresnos 
Altitud renovadora de insomnio 
Revelará bajezas de llanto y almizcle 
No quedan botellones 
Que contengan las lagrimas 
Porque todo lo que anuncia 
El tero, la calandria y el cardenal 
Es arenal hipnótico y melena 
Cartílago espumoso 
Donde reposan corazones de brisa 
Almas, escopetas, abrazos
Furgonetas pinchadas 
Recorren arcoiris delgados
Pintados en gotas de rocío 
Se vence el alquiler de mi pecho 
Habitaré el desierto fangoso 
De otra plumífera ausencia 
Borrón de puchero 
Y canastas de mimbre 
Donde anidan placeres y dolores 
Precarias infraestructuras 
Por las que no somos mas que esto
Misterio de jengibres inertes
Balacera y humanidad resplandeciente 
Bolsa de arpillera donde guardo
Viles retazos de esperanzas
Recuerdo de viejos amores perdidos
Besos que me dejaron cicatriz 
Y miradas de diamante 
Por las que patinó mi soledad
Abriéndose paso en la noche 
Joya oscura de un tiempo incierto 
Cantidad indefinida de patadas
Cabezazos contra la pared del tedio
Y otra canción sin destinatario
Soy remitente cautivo 
Flaqueza de aserrín
Por destellos vanidosos 
Prolongándose más allá del ocaso
Centella minúscula 
En la cabeza de un alfiler de plata 
Fugaz resplandor, tu belleza 
Heridas de muerte vuelan palomas 
Y cotorras desconsoladas
Se me tiran arriba y no me dejan
Quisiera entregarme a tu vuelo
Volar juntos acaso 
Durante el tiempo que dure la eternidad 
Y reírnos de estas caretas 
Antifaces de horas sin eso 
Escupir la miserable tranquilidad 
Y cagarme en la ruleta del destino
Pero no estas pronta 
Te falta amor en sangre...
Qué tragedia.

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