La mañana lavada por la lluvia
el gris vapor de un día a estrenar
una luna somnolienta y sucia
vigila los sueños por encima del mar.
Días oscuros de dudas y temores
corre el silencio y me hace temblar.
Absurdos amores de noches sin nombres
olvidos en flores que voy a cortar.
Tocaré el instrumento de tus pasos
la escala perfecta de tu suave andar.
Beberé el agua tumefacta de tu ausencia
y hacia el ocaso herido no dejaré de mirar.
Niña de la madrugada tormentosa
recuerdas mi rostro harto de llorar.
Tuve una sobredosis de tu licuado de rosas
herido y austero te vuelvo a esperar...