Lagrima, evapórate, pega tu vuelo y extínguete en tu convaleciente destino de ave. Sube por los caminos de mierda que te trajeron a mí. Regresa por favor, sonrisa de abril, luna de junio, caravana de luna, aquel vaquero apretado. No más estrellados insultos contra imposibles respuestas de infelicidad y miseria. Regresa sonrisa de plata, inmensidad de aquel 27 de octubre en la rambla, aquel llanto de amor, aquella lagrima que pego su vuelo… y se extinguió así sin más.
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