Como será? El nubarrón de este enero, sin eso que ya olvide pero recuerdo tan bien, de eso que llevo prendido en mi cuerpo, atado y adherido a mis arterias como un lento fuego que quema desde lejos. Ahora comprendo sus lacónicas miradas, su saludar calmo y cansino, los cambios en la ruta de los planetas de los ojos, su pequeña y frágil circulación. Desconozco el sabor de las horas que pasaran desde ahora, como serán los huesos que están allá, que tienen aquella vida ahora cerca, la otra. Sigue remando en el río, remanentes, grandes y grises majestuosos árboles, que pasan de largo dejando un negro dolor y una sensación de compleja desintegración de los átomos del cuerpo, una suave irradiación de espejos.
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