Agosto se está por terminar, pero no ha escatimado en melancolía y ansiedad. Hoy, sin ir más lejos, me cruce con tres violinistas en la calle. El primero tocaba en el omnibus a la mañana y su sonido triste y agudo se aplanaba contra las ventanillas abiertas, dónde combatía con los primeros anuncios de una brisa primaveral. El segundo violinista derramaba su llanto melódico en la tarde de la peatonal Sarandí, desenrollando el tiempo de siglos caducados, volviendo ausencia el aire cargado de pasos y de murmullos de ciudad en hora pico. La tercera era una niña que practicaba en la primer oscuridad de la noche, sentada en un balcón de la aduana, con su espalda contra la pared y un buzo rosa que era apenas distinguible en la penumbra empapada de recuerdos y nostalgias de cosas que nunca pasarán. Mitologías y planetas confundidos entre suspiros ahogados y miradas sobre el mar plateado. Un peso de azul profundo colgando del pecho, una muchacha rubia que responde con sonrisas y corazones. Relojes oxidados que no paran de rodar hacia el vacío.
miércoles, agosto 31, 2022
miércoles, agosto 24, 2022
A raíz de una nueva muerte
Recuerdo el niño que fui
Viendo amanecer sobre el río
Gigantes dorados en las nubes
y a la tarde rumor de tambores
En la aduana el sur es el que gobierna
entre el moho azul de los edificios
entre el silencio tanguero de las veredas
bajo la soledad de las estrellas
Recuerdo el niño que fui
volviendo de la escuela
enamorado y trasnochador
vago de alma y fuerte de palabra
Jugando a esquivar las pedradas en Mercadito Chico
cuando Sarandí era una calle flechada al mar
donde la tarde tenía olor de agua salada
y mis manos estaban sucias hasta la cena
Recuerdo el niño que fui
maravillado con las orquestas de los kilombos
siempre ansioso, atormentado
buscando una sonrisa en los negros paredones.
Andar por la rambla
gritarle a la inmensidad
soñador empedernido
taciturno catador de ausencias.
Recuerdo mi infancia
con sus rostros, hoy perdidos
con sus gritos
sus miserias y amores
Melancólico berretín de poeta
que hoy escribe.
domingo, agosto 21, 2022
Ladran
Ladran los perros
Espíritu saltarín
Ahora en la cama
Otra vez
Siguen ladrando
Y rompen la noche
Aquel silencio
hecho pedazos
Siembran alarma
Ladrando y ladrando
Mi calma disuelta
En aguas imposibles
Qué querrán, me pregunto
Cuándo pararán
Aprendo a esperar
A resistir
Y miro las horas
Con los ojos cansados
Mientras siguen ladrando