Estamos en trànsito
evidentemente
la ciudad es un disfraz
y mis pasos guerrilla
por la penùltima
y por la tardìa
Montevideo
gateando
arrastrando su baba
inerte
adolorida visiòn
de fantasmas
curva ascendente
al infernal paraìso
de la soledad
Se pueden incendiar
los pètalos y todas las cartas
que hacia el final
se juntan los caminos
los cuervos de la madrugada
lo sospechan y temen
los perros
sabiamente lo callan
y los gatos...
con su perfume tan serio
lo trasuntan
y a veces se vela
en las lìneas tormentosas
de sus pupilas.
Por supuesto el eco
que vuelve a ser presente
en los pasillos del blog
en mi propia sangre
el eco lo abraza casi todo
salvo un lejano destello
que rebota en las vidrieras
salvo la contumàz convicciòn
de no irme tras el adiòs
evidentemente
la ciudad es un disfraz
y mis pasos guerrilla
por la penùltima
y por la tardìa
Montevideo
gateando
arrastrando su baba
inerte
adolorida visiòn
de fantasmas
curva ascendente
al infernal paraìso
de la soledad
Se pueden incendiar
los pètalos y todas las cartas
que hacia el final
se juntan los caminos
los cuervos de la madrugada
lo sospechan y temen
los perros
sabiamente lo callan
y los gatos...
con su perfume tan serio
lo trasuntan
y a veces se vela
en las lìneas tormentosas
de sus pupilas.
Por supuesto el eco
que vuelve a ser presente
en los pasillos del blog
en mi propia sangre
el eco lo abraza casi todo
salvo un lejano destello
que rebota en las vidrieras
salvo la contumàz convicciòn
de no irme tras el adiòs
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