Mundo que con las banderas celestes de su cielo, recibe un sinfín de pasos errantes, signos de labor y un deseo tácito de libertad. Mundo que entre vapores y machetes, se vuelve una paradoja tras otra, en busca de un conocimiento que quizás ni quiere encontrar. No está mal para ser martes. Por supuesto la calle está cortada por todos lados y finalmente, el ómnibus hallará un camino para adelantar los relojes. Yo ya estoy en la plaza y más tarde se reunirá la murga que camina.
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