Antes de ayer anduvo la muerte en mi familia, ominosa, inesperada y prematura anduvo con la mano extendida, metiendo un dedo cristalino igual a un francotirador, en una generación que previendo ya su propia finitud, encuentra en su tan íntima cercanía, un presagio terrible y liberador, que tiene por todos lados escrito una especie de poesía trágic. La melancolía que florece en torno a una multitud que llora al mismo tiempo, la certeza de la fragilidad irrevocable de la vida.
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