Poema para la Dama de la Ballesta

Puedo sentir el caudal de misterios de tu boca
y la fatal caricia del alcohol ya te desarma.
Las cartas van volteándose de a una
Mientras espero el frío amanecer de tus besos.

Yo desde aquí estiro una mano que no te toca
porque el cemento destruye el puente de mi alma.
Los juegos aparecen bajo la luz de la luna
vanos espejismos que hacen sonreír a los posesos.

Estrella de nieve que giras
sobre el rumor de mis pensamientos,
¿Por qué no saltas adentro
y te ahogas en el mar de mis besos?

Ay! Venus de piel y sangre
con tus dos ojos inmensos...
Florece esta noche en mis brazos
que sobre nosotros ya va el invierno...