melancolicos velos se baten suavemente
una brisa los impulsa sobre el silencio...
la lejana conversación de los árboles,
el espíritu sombrío de dios momo
que vagabundea solitario
entre los lánguidos sauces llorones
y los retasos de guirnaldas deshojadas
en un suave murmullo a la distancia.
Noche abierta desde sus cuatro rincones
sombras danzantes a la espera de marzo
noche de nunca acabar, a la vera esperanzada
del camino...
yo camino.
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