Bajo el viento liviano y fresco
y la tibia luna que crece,
payasos recorren los caminos
ebrios de furia y de amor
heridos por coros dolidos
vibran en acordes profundos.
Un dios trasvestido
los mueve cual marionetas
de vivos colores al viento.
Sus caras pintadas
su grito de denuncia
su oficio de murguista...
Volverán...
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