El desconcierto del cielo calca una media sonrisa en mi rostro
el día pasa con sinuosa parsimonia entre los jazmines de la india
y la tierra de mis manos tiene un hondo olor de ancestral silencio
Vago a través del tiempo solitario
enroscandome en una espada milenaria
bebo mi propia incertidumbre
a la luz de abril... nuevamente.
Qué será de aquellos días pasados
esas sombras pasajeras que fueron tras el sol
qué será de mis 20 años, cuando ya no quede tiempo
y recuerdo, ni sombra ni sal ni aceitunas sobre mi piel de polvo
Cuándo vendrán a alegrar esta tristeza
las mariposas bullangueras de una nueva realidad
tendré acaso manos para acariciar esos rebordes
o solo seré pensamiento acallado por el mar de sombras.
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