Ya se van los monstruos a descansar

Hay algo fracturado
Que acopla herrumbre
En la vanidad y la demencia
De una hora parecida a un mineral

No quiero un significado
Ni una repetición de lo ya acontecido
Busco la mosca dentro de la lágrima
La insignia detrás del grito
Busco la plástica del humo
Y la sombra de la lluvia
Dentro de unos ojos color café.

La noche tiene el lamento
De los grillos
Y el olor libidinoso
De una palma de gaviota

Vueltas en círculo
A la plaza independencia
Y comer berrinches
Por la angustiosa incertidumbre
De un latido perdido.

Entro en la aduana
La noche ya no es virgen
Sino amante desdeñosa
Altiva embajadora de la náusea

Calle cerrito
Vacía de encantos
El viejo puerto
Las casas cenicientas

Suena el saxo de la pena
La balada del poeta sangrante
Un cartel de neón
Dice que el tiempo
Es todo mentira