Los ponis corren bajo la luz brillante y amarilla, las ardillas sonríen y se arrojan pasto en son de juego, en el día todo es resplandeciente y espléndido, dos pajaritos danzan en apareamientos arquitectónicamente lujuriosos y la cesta que trae el Cavernet Sauvignon se prepara para la magia delirante de la tarde primaveral.
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