sábado, febrero 27, 2021

Aduana y carnaval

 Aduana que a la media noche tiene lejanos ecos de voces. Los motores del hospital hacen colchón para el latido manso del cielo. Una luna llena que en la plaza Zabala quiere decir carnaval, murga y amigos que en algún punto, convierten desesperación en charlas medio profundas, cervezas en excusas para abrazos sin pudor y con un poco de desdén, festejan la casualidad de estar parados sobre la tierra. Y mientras meo contra un contenedor, escribo estas palabras de amor total por las calles de mí barrio.  Barra de  que se junta alrededor de una guitarra, bahía iluminada por los barcos

jueves, febrero 25, 2021

Negra María

  Me siento a escribirte en esta plaza, con el lomo cansado y destapando una lata de IPA brindo por vos. Tu cuerpo está bajo ésta luna porque abriste los ojos en carnaval. Nos engaña la distancia, sabes? Nos hace descreer de nosotros ésta tensión larguísima o interminable, ésta cantidad de eternidades que pasaron desde la última vez. No hay tablado que valga ahora, porque casi todas las murgas duermen en percheros oscuros, donde solo queda silencio y melancolía. Salió la primera estrella a saludarte, la avenida se empieza a cambiar la ropa de sus luces y lo que fue tu sol ahora es mi anaranjado mundo a media máquina, de lomo cansado, de ladrido y relincho, pies que arden por tantos pasos. Al menos la misma luna me da también a mí en la espalda, y me hace creer que viene con el reflejo de tus ojos ilimitados, esas dos canciones hermosas que flotan a mitad de tu cara. Puede el olvido disolver lo que las almas en candente vinculación forjaron en nombre de la eternidad? Es la eternidad más larga que ese momento de sedosa y lubricada fusión, donde todo es hecho con las tripas y la garganta? Por qué hasta hoy, hasta esta calavera de gala sin tablado popular y sin tu respuesta, sé perfectamente porque te sigo escribiendo... Alguien nos regaló ésta perdición de repetir amores de realismo mágico caribeño. Te deseo solo lo mejor. 

jueves, febrero 11, 2021

Efeméride

 Hoy reclamaba el trono Nerón, hoy sobre el cuerpo todavía tibio de su hermano, el niño se quedaba con el César, se hacía uno con aquellos hombres Divinos para ser él también creador de puentes imperiales, sobre el aire dulzón del Tíber. Roma iba a oler a veneno, traición y a la música que según Suetonio era de liras. Hoy. Nero Cladius Divi Claudius filius Caesar Augustus Germanicus. Pero la carne encuentra el hierro de una u otra manera, porque como es bien sabido, el hierro de la fatalidad se acaba disfrazándo de todas las cosas. Podría decirse que los dados del destino le rodaron de antemano. Arriba de la mesa de su anillo iba a girar la orbe, y la tierra iba a temblar junto al golpe de su palma en la silla curul. Capaz lo sospechaba o lo sabía aquella mañana de mercuri cuando levitó excitado pero triste sobre el cuerpo muerto de su hermano aunque son fuertes los rumores de que tuvo la suerte de ignorar en ese momento que no iba a llegar a conocer los 35 años, porque su último criado iba a tener el indigno honor de arrancarle la mitad de la cabeza con un gladius más caro que su propia vida, al tiempo que los cascos de caballos definitivos, se oían llegar a la entrada de la villa. 

martes, febrero 09, 2021

Pozo

 En mi patio se calmaron las hormigas, solo el viento se anima a susurrar los secretos del verano. Mi perra echada sobre el pasto húmedo, tal vez oyéndolos,  se rasca la oreja y emite sonidos guturales mirando la calle vacía. El nogal centenario baraja la brisa, mientras todo es domingo, todo es agua dulce, manantial solapado por demoras infinitas. Parece haber consenso sobre lo vacío de este febrero pandémico, ventanal sucio que da a un pozo sin fondo. 

miércoles, febrero 03, 2021

Rastreo

 Hoy me acordé de otra tarde en la que también llovía así como hoy, poco, finito y de a ratos. Resulta que andaba por Agraciada igual que ahora, o capaz era por San Martín e iba a agarrar Millán. Sin reconocerlo del todo, sentía que una docena de dragones adormilados, se mecía suavemente tras las nubes que encapotaban el cielo. Andaba con una mochila negra, y las luces cortas de los autos, se multiplicaban y expandían en las gotas que se escurrían de los vidrios. Me acuerdo cruzar la calle corriendo, alzar mi brazo en el aire ensopado, sudar como se suda en el verano, anhelar como se anhela cuando casi todo es falda de cerro helado y ausencia cómo nieve sucia, y cruzar la calle corriendo. Pero ésta tarde voy en ómnibus, vuelvo como ando volviendo siempre, atrasando para adelante, encerrado en la neblina que sitia la ciudad de oeste a este. El Prado como suspendido entre las penumbras perfumadas, con sus casonas que se parecen a perros grandes y cansados, protegidos de la lluvia en el abrazo de los árboles que susurran secretos pasados. 

lunes, febrero 01, 2021

Serena veteranía

 Qué golpazo me dieron los cantores que subieron al ómnibus ésta tarde. Todas las siluetas decían febrero, todos los silencios gritaban por encima de la radio, los shorts y las musculosas, las muchachas negras hermosas, las fruterías de agraciada a medio abatir por el vapor de los calores. Qué golpazo me dieron las puertas grafiteadas de la calle Paraguay con su melancolía, con su devenir tormentoso, con su decirme mortal. Hay algo que se insinúa en el aire pegajoso, un rumor de verano que se enrolla en poesías polvorientas. Recuerdos azules de una noche de lluvia de hace cinco años. Abrazos del amor en un sillón y una botella de vino hasta el amanecer, la esposa de Franklin

Aparición

 No me causó sorpresa empezar febrero con una visita de La Muerta en mis sueños. Bajo un atardecer grisáceo en Jacinto Vera, estábamos con la barra ejercitando la fraternidad, tomando cerveza, riéndonos. Miro a mi izquierda y ahí está, deliciosa, con una sonrisa inmensa, los ojos hechos de luna y arroz, el talle perfumado y la piel... Esa piel que arrancó de mis vísceras las más extáticas exclamaciones de pasión, el mayor caudal de apasionado sudor y que ahora, en  el  desamparo de su ausencia, visitaba mi soñar como si nada. Me reí y la abracé, me preguntaba por mi corazón y le decía que nada. Me preguntaba por una chica que me gusta y le decía que era demasiado joven. Creo que me besaba. Al rato desapareció por Garibaldi.