domingo, diciembre 12, 2021

1212

 Ayer encontré tu perfume esperando agazapado en una casa amiga. No lo distinguí al principio pero sentí que algo pasaba. Después, un frasco grande de CK One, arriba de la mesa develó toda duda y volvió a derribar las débiles barricadas tras las que intento esconderme del recuerdo de nuestra fugaz eternidad. Hoy flotó una melancólica ternura en el aire y unas gotas de lluvia por la tarde terminaron de certificarme que estás viva. 

miércoles, diciembre 08, 2021

A raíz de otro viaje en el 2

 Es la tercera vez que me desayuno que diciembre nos atacó con su espátula de ocaso tardío. Es la tercera vez que miro el cielo y que sopapeado por el perfume inverosímil de las flores, sé sin lugar a dudas que el baile del año terminó. Me estoy tomando este mismo ómnibus todos los días, pero eso es tema aparte. El labor me consume la carne de las semanas pero no el corazón. La semana es una paloma negra llena de alucinantes tornasoles... Una paloma, sí. Alucinante. Alguien escucha a Los Auténticos Decadentes, y sí, cómo para no. Ensaya La Gran Muñeca cerca de una plaza donde hace poco me emborraché, quisiera no recordarte tanto, amada mía, pero es diciembre y se acerca el 12 y yo soy un verdadero idiota, pero me creo, todavía me creo algunas cosas increíbles. 

domingo, diciembre 05, 2021

A raíz de un evento

 La herencia que se parece a la sangre causa maravilla en los ojos del pasado. Nos trasciende la inocencia de sentir el amor como un destello eterno y fugaz en la más interminable oscuridad. Anoche las plazas de malvin olían a un jazmín terrible y a la sutil melancolía de los balcones que multiplican la luna y las estrellas por el plano ecuador de sus ventanas. La intrigante gravedad de un agujero negro puede acechar cualquier rincón, tal vez los demiurgos vigilen apáticos tras esas inviolables cárceles de la materia, tal vez tiren la lotería de nuestra fortuna en paños de frío azar sin cuestionamientos. Por acá sólo llega un perfume de verano que te acalambra las patas y que acaricia lágrimas de belleza al ver el polvo sereno ser devuelto por el viento hasta si mismo, después de habernos besado a todos. 

sábado, noviembre 27, 2021

Apenas logro

 La quietud se vuelve a hacer de la tarde mientras las miradas se vacían como sopladas por antiguos espadachines de amnesia. Por qué el sol tras esas nubes masivas parece una explosión, o algún tipo de diáfana magia. Por qué a todo costo existe la urgencia de tener que creer. Por qué existe la capacidad de formular infinitas preguntas y a la vez el nulo interés por cualquiera de sus posibles respuestas. Ciertamente me he puesto en pausa, sin embargo voy a toda máquina, entregado a la voracidad de un pensamiento productivista que me debía hace tiempo. No hay romances, no hay cantarolas, no hay pretiles de la madrugada que acunen mi seño ahora torvo y tal vez concentrado. Hay un sin fin de literatura, hay un hambre de historia, una costumbre peligrosa y una novela que va agarrando forma. Hay ensoñaciones sustancialmente vívidas y un enero en Santiago que espero con tanta ilusión. Entre medio estática, mucha labor y el recuerdo de aquellos ojos que apenas logro mantener. 

martes, noviembre 02, 2021

Malabarista

 Malabarista bajo la llovizna, entrenado en el arte de soportar miserias con una sonrisa, tu melancolía se hace una cortina de cenizas en la humedad del camino Coronel Raíz. Cualquiera sería incapaz de notar que un tigre blanco te ha dado un zarpazo de rabia en el pecho, nadie se pondrá a evaluar jamás la magnitud de tu inundación, la pálida avalancha de tus cartas vacías. Malabarista azul en la inmensidad informe, tu apocado discurso de poeta barriobajero, se esconde temeroso de orgullo en rincones y banderolas, en barras sucias y puertas de chapa, en la sombra de un nogal oscuro y en el resplandor abisal de una tarde partida por la cintura. Capáz no querés ningún rescate, capáz ni siquiera una moneda y alguien dijo como al pasar, que no te gustan los malabares. 

martes, octubre 26, 2021

Antes de ayer

 Antes de ayer anduvo la muerte en mi familia, ominosa, inesperada y prematura anduvo con la mano extendida, metiendo un dedo cristalino igual a un francotirador, en una generación que previendo ya su propia finitud, encuentra en su tan íntima cercanía, un presagio terrible y liberador, que tiene por todos lados escrito una especie de poesía trágic. La melancolía que florece en torno a una multitud que llora al mismo tiempo, la certeza de la fragilidad irrevocable de la vida. 

miércoles, octubre 06, 2021

Testigo de un proceso

 Gerbet y su amigo, lentamente avanzan por la página 150 de su primer novela hacia destino incierto. En sus cuerpos, bajo el manto pernicioso de mi torpe narrativa, llevan heridas de guerreros, melancolías de amores moribundos y deseos estrafalarios de tesoros perdidos por el mundo. Noche a noche, en mis insomnios lunáticos, imagino las multitudes que los habitan, urdo miserias en el teatro de su memoria y con perversidad de demiurgo tercermundista, los voy paseando de Ciudad Vieja a Punta Gorda, de Carrasco al Congo, de Györ a Miami y de la orgía al matrimonio sin que me tiemble el pulso. Letra a letra, mes a mes mi vida se va fundiendo con la de ellos, son sus rostros indefinidos a propósito el puente que desde la monotonía del trabajo, me acerca a los sueños vívidos donde estás vos, como un fantasma amigable o como una herida demasiado vieja que año a año voy aprendiendo a cicatrizar. En sus whiskys refinados y exclusivos, late la simpleza de mi café, en sus escapes de señores de la guerra sufre la fugacidad de mi huella mínima y queda libro para rato. Siento que me realizó, creo con todas mis fuerzas que el camino que elijo con la fruición de una necesidad vital, es el camino que siempre ha estado acá, esperando mis pasos de poeta atrevido. 

jueves, septiembre 23, 2021

Rimas en prosa de un jueves del montón

 Cristalizado por el vino de un partido, pastel de carne desde un jueves del montón. Canta ahora el mar bien cerca de cuchilla alta. Cruzó una puerta para irme a acostar. Las manganetas y los árboles del frío dieron su paso a esta fresca liviandad. Será el sereno con sus brazos y el rocío, los que me arrullen como un verde manantial. Mañana habrá ardua labor con pies cansados, pero quizás más tarde algún tornillo zafe o ceda y por la noche hayan risas, flor y un bar. 

domingo, septiembre 19, 2021

Elijo

 No muy lejos: la tormenta. Una serenata como de tierra revuelta endulza el silencio de un domingo pálido, donde las horas parecieron flores junto al café, al tuco y al ajedrez. Me ronda la palabra "meaningful", veo la rueda que gira apuntando otra vez a labios llenos de interrogantes, desfiles de peligrosos colores que marchan sin orden aparente en esta mínima eternidad. Se enfría de momento un dolor antiguo y ruin, elijo aflojar el cinturón de una pena que arrastro hace mucho, y pasa esto. En este momento se me ocurre mostrarte este texto, dudo, me niego parcialmente, creo que voy a ceder. No habría por qué tener miedo ... Pero tengo un poco. Anoche en el ómnibus de regreso, quise no sé, decirte hola o algo. Sé que suelo extralimitarme con las palabras, creo que me usan para divertirse, sin embargo yo... digo Nudo hecho con martillos, cuando en verdad desearía decir solamente "sí". Caen las primeras gotas, un trueno largo anuncia que son la una. 

lunes, septiembre 06, 2021

Promo despedida

 El jardín detenido en el tiempo, parece pausado abajo del pasar de un avión Cessna sobre la cárcel de mujeres. Siento que se va diluyendo el sabor a espárragos del invierno, dando lugar a ésta nube de esporas apenas dulce que es la proximidad de la primavera. Reventaron con capullos de espuma los primeros ciruelos, yo los vi. Y en el puesto de verduras deambula un rumor de frutillas nuevas. Una nueva canción  despedida se gesta para el Carnaval. También los coros se preparan ante el calendario de murga joven, esa vanguardia primaveral que en el mismo lenguaje hablan siempre diferente. En los bodegones posta, como antiguos seres de la guerra cultural da inicio el rito de los primeros ensayos. 

lunes, agosto 30, 2021

Breve testigo

 Agosto se fue con su usual demora. En un momento la tarde no refrescó y la humedad era un fantasma que no se iba. Me perdí en una noche de reencuentro con ex alumnos del colegio y comí un asado con mi sobrino recién nacido. Algunas diapositivas del pasado fueron contrastadas con la luz de este presente intermedio. Casi sin querer sé un montón sobre los primeros primeros once césares de Roma y sobre la endogámica casa de los Austria. Paso una eternidad arriba del ómnibus y cada vez que tomo el 713, recuerdo una casa en cuchilla alta y una playa que nunca viví. Mi novela avanza a paso seguro y comparto con mi hijo, otra inesperada aventura del conocimiento. Vuelvo a renegar de usar este blog como un diario, pero vuelvo el grueso de mi literatura en en proyectos vivos que me van llevando a través de paisajes nuevos y cantares viejos. Me sorprendió alegremente que hayan crecido las visitas en este rincón olvidado que cumple en estos días, 14 años. 

jueves, agosto 05, 2021

Olvidado tantas veces

 Son las ocho y en las callecitas de adoquines del paso molino, la niebla de anoche se redujo a un vago brillo bajo la responsabilidad del cielo frío y bajo. Este ómnibus me va a llevar a otro, y ese a Santa Lucía del Este otra vez. Entre la abundancia de gorros de lana y camperones, mi corazón es un puñado de recuerdos de su cuerpo, flotando a la deriva. Hace días que la siento como un dolor dulce detrás de mí esternón. Después de haberla olvidado tantas veces vuelve a surgir desde los años ya eternos de su ausencia. Qué no daría yo por una respuesta a mis tantas cartas, por más corta o escrita en una noche de alcohol que fuese, no dejo de doler por el peso de su silencio ya de años. 

jueves, julio 22, 2021

Pantallazo

 Dos viejos que caminan tomados del brazo frente al hospital de Clínicas. El celeste frío del cielo atigrado por altísimas nubes blancas. Voces en la radio que me devuelven a tiempos anteriores donde yo era otro y tenía la vida de otro. La casa de un compañero murguista que se bajó antes de salir y en el balcón donde antes cultivó el cannabis, ahora hay un cartel "Se alquila" y nadie supo más de él. El invierno da una tregua dentro del ómnibus a Canelones del que me voy a bajar casi en Maldonado. Un viaje muy repetido que casi nunca me aburre, a diferencia del de retorno que siempre es mucho más largo y ya a la noche. Al ir llegando a Portones, evoco la casa de una novia hermosa a la que casi ni conocí.  Un local de  bicicletas en el que cuando viví la vida de aquel otro, tuve el trabajo de pintar de negro, las nubes y columnas del salón de ventas. La calle Boloña con otro recuerdo minusválido de amor, me devuelve el brillo del sol, doblado en los parabrisas quietos de sus autos. Tres muchachos con termo y mate caminan apurados hacia algún tipo de obra. Todo sigue siempre. 

viernes, julio 09, 2021

Viernes de noche

  Es sábado y otra vez me entrego a mi tristeza. El veranillo cruel va a terminar mañana con lluvia fría e imágenes distantes, inasibles, una grisura que va a recortar el pasto con amarillo y de nuevo un dolor de acrobáta va a saltar en el vacío que llena el laberinto con amapolas tiernas y refugios temporales que me harán recodar caricias de una noche que pasó hace ya demasiado. Otra vez es sábado

miércoles, junio 30, 2021

La cuenta de mis derrotas

 Brotan de mí, los pálidos licores del invierno. Pierdo la cuenta de mis derrotas por fortuna, creo, y una amnesia me adormece con brazos que son muy parecidos a fotos de otros inviernos, o a ramos de flores cuyo nombre se me va a escapar por siempre. La noche parece usar un paracaídas invisible, y se descuelga voluptuosa, detrás del rocío y de mis pensamientos. No tengo dudas que existe un ciclo perverso, una rueda de torturas que juega con las agujas del tiempo, gracias a la complicidad inalterable de la eternidad. Desearía que éste manantial fuese capaz de neutralizar las desgracias que desde el pasado, me extienden su mano congelada, forzando a mi silencio a hacerse como de hierro o de ortiga para dar vuelta una página que es acaso siempre la misma 

sábado, junio 26, 2021

Sueño invernal

 Soñé que visitaba una casa donde un gran amor del pasado vivía con su nueva pareja. La luz verdosa del mediodía invadía los cuartos con una intimidad abrasadora. Al mirarnos nos reconocíamos sin dudas y un aliento animal y primitivo, bordaba el aire con flores de otra inmensidad, un universo alternativo donde el ardor de hondas pasiones aun no se hallaba en éste actual estado de putrefacción. Ahora me llama la atención que el diálogo era fluido y orgánico, pero carecía de la gravedad que el paso del tiempo le tenía que haber otorgado, pero más todavía podía sentir en mi amada, una voluntad sexual, una pulsión de lujuria que no era nada acorde con su compromiso de índole casi matrimonial. Él no estaba, pero podía venir en cualquier momento. Ella lo sabía y lejos de ocultarlo, lo insinuaba sin restricciones en sus gigantescos ojos de cordero perverso. Rápidamente la conversación perdió la frivolidad cotidiana con la que comenzó y la distancia entre los dos cuerpos era ahora mínima y cada vez más alta en temperatura e intención. Entraba en ese instante su nueva pareja a la casa y nos ve conversando de forma civilizada, ella me presenta y nos saludamos con naturalidad. Él se excusa para tomar de la habitación algunas cosas y procede a despedirse con algo de prisa, diciendo que lo esperan en determinado lugar. Me da la mano y a ella un beso que no me produce nada, da la vuelta y sale por la puerta por la que entró. Se hace un silencio como de espera, se tensa el aire clandestino que respiramos con dificultades. Entonces yo la agarro del cuello y desposeído del disfraz de apacible visitante que traía al llegar, aproximé mi boca a su oído para pronunciar palabras ahora irreproducibles, toda su fragancia, su alma misma se me metía en la nariz como si fuese un perfume embriagante. Ella entregada a la misma ferocidad que yo, me apuntó con sus ojos de nido de metralla y me acribilló con una respuesta oral que me doblaba en provocación. Nos entregamos al urgente ritual de quitarnos la ropa mutuamente y nos liquidamos con obcenas promesas sexuales que estaban a punto de ser cumplidas. Todo se detiene. Ella siente que se abre la puerta de calle, anterior a la de su apartamento y adivina que es su novio que regresa a causa de algún inoportuno olvido. Semidesnudo corro a esconderme en el baño y a vestirme a toda prisa. Me despierto entonces, me doy cuenta del vacío laberinto de oscuridad que es la vida misma y me lamento de carecer ahora de aquella luz verdosa que recién me envolvía en una deliciosa inmediatez, puesto que es el grisáceo resplandor del alba invernal lo que inunda la tristeza irreparable de mi habitación real sin ella para siempre.

martes, junio 08, 2021

Madura

 La naranja está madura en mi árbol, el año con su bolsa de papel picado arrastra el paso  cuando llega el frío. Acá hay niebla, hay temporal silencioso sobre el pasto amarillento y un hornero, con sus ojos como botones de lluvia, paseando exento de las nociones humanas que encarcelan al mundo. Allá se puede distinguir el celeste, tras la ruana melancólica de los altos nubarrones, en su lejanía parece un rezo de convento, una esperanza de fatigas incontables mientras en este plano somero y sutilmente azulado abunda la zozobra y la lentitud. Un reloj de pie ante un espejo. Una copa vacía se va olvidando de noches de lectura en voz alta y fotos familiares. Flota mi corazón entre tanta literatura, mi paciencia aerostática es un devenir que flota en la penumbra de las cinco y media. Debería recibir un correo con respuesta, pero el silencio sigue siendo torvo y sin más augurios que la nostalgia de su cabello negro. 

miércoles, mayo 05, 2021

Retorno de mayo

 Vuelve con aromas de primeras estufas a queroseno, con árboles ya enflaquecidos, con el alargue irremediable de la siesta canina. Me trae el recuerdo de hace años atrás, de mi abuela, del taller de laqueados y de mi tendinitis en el codo. Un cielo como el de la curva de maroñas, ahora extraviado en la espiral cíclica del tiempo, es reemplazado  por este celeste pálido tan parecido pero también tan distinto. Ya se enciende la sinfónica vespertina de las aves en el pino, los vecinos que aprovechan lo que queda de  luz natural para clavar rastrillos en la tierra. Mis manos acusan el bajón de la temperatura con vidriosa sensación de urgencia. Se decolora volviendose casi negra, la última nube rosa del horizonte y con mi mate recien ensillado, vuelvo a mi aposento a seguir con el libreto de la murga. 

martes, abril 06, 2021

Por delante

 Un par de mínimas noticias pueden provocar un destello de felicidad al mediodía, sonreís, miras el cielo, te dejas acariciar por la brisa tibia del otoño y plaf!, se te cae el mate. Se restituye el equilibrio. Juntas la yerbita y con dedos de pinza la volvés a meter, queda desprolijo, te quemaste un poquito la yema de los dedos... Con lo que nos gusta la impecabilidad de la montañita. Se arregla... Se sigue, se camina. Todavía queda un cacho de Abril por delante. 

sábado, abril 03, 2021

Ajedrez, inmensidad y victoria

 Los soldados que combaten. Los sacerdotes que pronuncian la fórmula que declara la guerra. Los enriquecidos jinetes que con saltos, van marcando su ferocidad en los ojos del enemigo. El castillo imponente con sus largas zancadas. La dama misteriosa que recorre inmensas distancias con la tranquilidad de su anillo sagrado. 

Hay en la inmensidad una costumbre imposible de describir, un ladrido de perros desconocidos, una pulsión fantasma que gravita lejos de toda mirada, por más aguda que sea la plegaria, por más grave que sea la dolencia o la necesidad. 


domingo, marzo 28, 2021

Estúpido diario

 Abro la ventana a medianoche. El vapor y el rocío se vuelven una sola entidad fantasmagórica en las faldas del otoño. El nogal centenario empieza a dar sus regalos y mi perrita Lilith está por parir. Me da mucha paja escribir este formato de diario miserable en el que esquivo de forma sistemática las cosas que realmente me importan. Escribí muchas canciones este mes, capaz una buena... y la de Beth Harmon, que no puedo dejar de canturrear cuando la lluvia tierna obstaculiza mi camino al almacén. Extraño la murga, el cantar atizado por el vino en la plaza Zabala, la voz de mi amigo Nico, cantando al lado mío, el porro y los papeles de Washington, las disgresiones filosóficas y políticas con el Chelo, la guitarra de Andy, el abrazo con el Mati, la risa de Belén y los bailes murgueros de Gonzalo. Empezó a llover ahora, qué curioso, justo que vi la luna llena más temprano, levantarse como un ojo de cuarzo inmenso sobre el horizonte de mi barrio. Hubo un tiempo que corría bajo la lluvia para ir a abrazarla, ella se asustaba con ternura de adolescente, yo la miraba y me estremecía sin saber qué hacer para anclar en mi pecho los breves momentos en que su compañía era como un sol que todo derretía. 


miércoles, marzo 10, 2021

Mañana de marzo

 Mi jardín se llenó de mariposas al amanecer, cantan las chicharras saludando al cielo lavado y los ojos de mi perrita reflejan la eternidad insignificante de la vida. Marzo es como un clavel y todo su aire tiene esta fragancia de césped, de árbol y de últimas flores del verano. Respirar calma mi ansiedad, dormir es una bendición que apacigua el turbulento río de mi sangre, desearía escribir resoluciones, pero que acepto esquivas o indefinidamente demoradas hasta ahora. El maracuyá lleno de mangangá y el nogal sin apuro madura las nueces que el otoño hará realidad. Se debe creer en el poder de la palabra, aún ahora. 

sábado, febrero 27, 2021

Aduana y carnaval

 Aduana que a la media noche tiene lejanos ecos de voces. Los motores del hospital hacen colchón para el latido manso del cielo. Una luna llena que en la plaza Zabala quiere decir carnaval, murga y amigos que en algún punto, convierten desesperación en charlas medio profundas, cervezas en excusas para abrazos sin pudor y con un poco de desdén, festejan la casualidad de estar parados sobre la tierra. Y mientras meo contra un contenedor, escribo estas palabras de amor total por las calles de mí barrio.  Barra de  que se junta alrededor de una guitarra, bahía iluminada por los barcos

jueves, febrero 25, 2021

Negra María

  Me siento a escribirte en esta plaza, con el lomo cansado y destapando una lata de IPA brindo por vos. Tu cuerpo está bajo ésta luna porque abriste los ojos en carnaval. Nos engaña la distancia, sabes? Nos hace descreer de nosotros ésta tensión larguísima o interminable, ésta cantidad de eternidades que pasaron desde la última vez. No hay tablado que valga ahora, porque casi todas las murgas duermen en percheros oscuros, donde solo queda silencio y melancolía. Salió la primera estrella a saludarte, la avenida se empieza a cambiar la ropa de sus luces y lo que fue tu sol ahora es mi anaranjado mundo a media máquina, de lomo cansado, de ladrido y relincho, pies que arden por tantos pasos. Al menos la misma luna me da también a mí en la espalda, y me hace creer que viene con el reflejo de tus ojos ilimitados, esas dos canciones hermosas que flotan a mitad de tu cara. Puede el olvido disolver lo que las almas en candente vinculación forjaron en nombre de la eternidad? Es la eternidad más larga que ese momento de sedosa y lubricada fusión, donde todo es hecho con las tripas y la garganta? Por qué hasta hoy, hasta esta calavera de gala sin tablado popular y sin tu respuesta, sé perfectamente porque te sigo escribiendo... Alguien nos regaló ésta perdición de repetir amores de realismo mágico caribeño. Te deseo solo lo mejor. 

jueves, febrero 11, 2021

Efeméride

 Hoy reclamaba el trono Nerón, hoy sobre el cuerpo todavía tibio de su hermano, el niño se quedaba con el César, se hacía uno con aquellos hombres Divinos para ser él también creador de puentes imperiales, sobre el aire dulzón del Tíber. Roma iba a oler a veneno, traición y a la música que según Suetonio era de liras. Hoy. Nero Cladius Divi Claudius filius Caesar Augustus Germanicus. Pero la carne encuentra el hierro de una u otra manera, porque como es bien sabido, el hierro de la fatalidad se acaba disfrazándo de todas las cosas. Podría decirse que los dados del destino le rodaron de antemano. Arriba de la mesa de su anillo iba a girar la orbe, y la tierra iba a temblar junto al golpe de su palma en la silla curul. Capaz lo sospechaba o lo sabía aquella mañana de mercuri cuando levitó excitado pero triste sobre el cuerpo muerto de su hermano aunque son fuertes los rumores de que tuvo la suerte de ignorar en ese momento que no iba a llegar a conocer los 35 años, porque su último criado iba a tener el indigno honor de arrancarle la mitad de la cabeza con un gladius más caro que su propia vida, al tiempo que los cascos de caballos definitivos, se oían llegar a la entrada de la villa. 

martes, febrero 09, 2021

Pozo

 En mi patio se calmaron las hormigas, solo el viento se anima a susurrar los secretos del verano. Mi perra echada sobre el pasto húmedo, tal vez oyéndolos,  se rasca la oreja y emite sonidos guturales mirando la calle vacía. El nogal centenario baraja la brisa, mientras todo es domingo, todo es agua dulce, manantial solapado por demoras infinitas. Parece haber consenso sobre lo vacío de este febrero pandémico, ventanal sucio que da a un pozo sin fondo. 

miércoles, febrero 03, 2021

Rastreo

 Hoy me acordé de otra tarde en la que también llovía así como hoy, poco, finito y de a ratos. Resulta que andaba por Agraciada igual que ahora, o capaz era por San Martín e iba a agarrar Millán. Sin reconocerlo del todo, sentía que una docena de dragones adormilados, se mecía suavemente tras las nubes que encapotaban el cielo. Andaba con una mochila negra, y las luces cortas de los autos, se multiplicaban y expandían en las gotas que se escurrían de los vidrios. Me acuerdo cruzar la calle corriendo, alzar mi brazo en el aire ensopado, sudar como se suda en el verano, anhelar como se anhela cuando casi todo es falda de cerro helado y ausencia cómo nieve sucia, y cruzar la calle corriendo. Pero ésta tarde voy en ómnibus, vuelvo como ando volviendo siempre, atrasando para adelante, encerrado en la neblina que sitia la ciudad de oeste a este. El Prado como suspendido entre las penumbras perfumadas, con sus casonas que se parecen a perros grandes y cansados, protegidos de la lluvia en el abrazo de los árboles que susurran secretos pasados. 

lunes, febrero 01, 2021

Serena veteranía

 Qué golpazo me dieron los cantores que subieron al ómnibus ésta tarde. Todas las siluetas decían febrero, todos los silencios gritaban por encima de la radio, los shorts y las musculosas, las muchachas negras hermosas, las fruterías de agraciada a medio abatir por el vapor de los calores. Qué golpazo me dieron las puertas grafiteadas de la calle Paraguay con su melancolía, con su devenir tormentoso, con su decirme mortal. Hay algo que se insinúa en el aire pegajoso, un rumor de verano que se enrolla en poesías polvorientas. Recuerdos azules de una noche de lluvia de hace cinco años. Abrazos del amor en un sillón y una botella de vino hasta el amanecer, la esposa de Franklin

Aparición

 No me causó sorpresa empezar febrero con una visita de La Muerta en mis sueños. Bajo un atardecer grisáceo en Jacinto Vera, estábamos con la barra ejercitando la fraternidad, tomando cerveza, riéndonos. Miro a mi izquierda y ahí está, deliciosa, con una sonrisa inmensa, los ojos hechos de luna y arroz, el talle perfumado y la piel... Esa piel que arrancó de mis vísceras las más extáticas exclamaciones de pasión, el mayor caudal de apasionado sudor y que ahora, en  el  desamparo de su ausencia, visitaba mi soñar como si nada. Me reí y la abracé, me preguntaba por mi corazón y le decía que nada. Me preguntaba por una chica que me gusta y le decía que era demasiado joven. Creo que me besaba. Al rato desapareció por Garibaldi. 

viernes, enero 29, 2021

Pureteado

 La concha de la lora. Retorno al noroeste a la hora del culo, cielo agrietado de murgas que repiten cuartetas, soledad que acribilla banderines de última noche. Vacío remangar de amigos que hoy resultan esquivos o planeados previamente. Al menos estoy en el camino, volviendo con victorias de pelusa en los bolsillos, con medallitas de honores al pedo, con la brillantina melancólica del viernes, pegada como una lágrima. Vivimos buscando la más mínima fisura, enconados hasta el desagrado, queriendo pulir maderas salvajes. Todo me resulta hueco, todo se me hace vacío cuando soy yo mismo el que no encuentra cómo quedar satisfecho. Música de astros con berrinche, berretines de trasnochado jugador que encuentran su única suerte al esperar el bus menos de una hora. 130 me devuelve a mis esquinas, a mi bucle de andariega insolación, a mi repetirme sin tregua por la madrugada. Y habrá que ir... 

miércoles, enero 27, 2021

Resto de naufragio

 El tiempo anduvo por acá. Sus raíces, cicatrices,  abanico de colores. Sigue viva en mi recuerdo una noche de verano, cuando un eco de tambores me llevaba de la mano, cuando un beso en la penumbra era el oro más preciado. Remolino de perfumes bajan por Isla de Flores, y allá por Martínez Trueba se perdían mis dolores, bajo la sombra del vino y de los puchos Nevada, se escondían dos amantes que quedaron en la nada. Amanece por la rambla, en sayago y en el prado, y con una última letra dejó un resto de naufragio



lunes, enero 18, 2021

A esta hora

 La noche que me cago. Trapecio donde las horas arriesgan la vida y el público general sigue lo más pancho, como embobado. Brisa que alcahuetea sueños inconcebibles, uno en el medio, haciendo las veces de motor, sabiéndose tan falible, tan desconcertado... Humano ni más ni menos. La eternidad tiene que tener su contracara, todo su no ser, agazapado tras lo móvil y orgánico, debería haber algo que flota haciendo contrapesos a todo esto otro. Esta realidad con tantas formas como sentidos la perciben, pienso que algo pulsa arrinconado frente a esta inmensidad del cambio permanente, pero miento si digo pienso o creo o siento, porque seguro eso no se debe poder sospechar, y menos por mí, y menos hoy, y menos que menos a esta hora

martes, enero 05, 2021

El peso de las Kalpas

 Canción de jazmín secreto bajo la lluvia de enero. Corazón de frutas. Sombra elegante que suspira en los balcones mientras una dama olvidada desprecia su belleza, sopla oscuridades, canta murgas del pasado, y dibuja garabatos en la bruma. Un grito anónimo quiebra el silencio de gelatina. Yo soy fluido, soy cóndor de azufre, escorpión de austera mansedumbre y con cara de manzana soporto el peso de todas las kalpas mientras oigo un adagio de dragones pulverizados. Me niego a responder.