lunes, abril 13, 2020

Siesta perdida

El otoño vino con cara de árbol
Y donde estaba el verde paraíso
Ahora está el, lo más campante
Todo disfrazado de amarillo 
Me mira con distanciamiento amable.

Ya llegó también a la noche
Usando masacarón de acolchado
Con golondrinas en mi tintero
Y cien arañas traslúcidas
Descolgándse en mis sueños

Dejó caer su sábana gris
Despertando sospecha en las estufas
Y disminuyendo el ritmo
A un sol cada vez más esquivo.

Se combinan en su aire
Ladridos y olores de hojas quemadas
Donde se confirma el pacto
Con sopor y letargo de siesta


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