domingo, marzo 30, 2025

En el pavoroso calor de las 4

 


En el pavoroso calor de las 4, alguien hace pedazos una canción de Calamaro, el ómnibus dominical viene lleno de murmullos, de sol y de sospechosos vahos corporales. Las gallinas negras en la vereda de Garzón, corretean inexpresivas en una brisa caliente muy parecida al infierno. Los niños salen de las canchas de babi, felices o agotados y hablan entre sí de Bolivia, o de unas flores que creciendo junto al cordón de la vereda parecen iguales a las que hay en casa de su abuela. El sauce inmóvil, palomas, ciprés oscuro del paso molino, tórrida sensación de presión en las sienes y en el alma. Testarudo e imbécil, evoco otra vez su nombre. 

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