martes, junio 12, 2018

Siempre irse

Paseo en el frío de la aduana
Corto el aire con las manos
Mientras veo un sol lejano
Recortando amarillo
Contra el gris de los edificios.

Las veredas miserables
Las pensiones de inmigrantes
La multitud de camperas
Oscilando en la terminal
Montañas de basura quemada
En caserones abandonados
Las hojas doradas
En danzante caída
Las molduras mohosas
Y las macetas con alegrías
Que resisten el pronóstico
Del invierno tan cercano.

Tengo un tumúlto en el pecho
Un asordinado grito
Que repite su nombre
Cuando se va su perfume
Esa canción olvidadiza
Que vive en constante retirada
Siempre lejos de esa playa
Que jamás ocurrió

Ya la ciudad empieza a apagarse
El viento promete helada
Y yo vuelvo a la soledad de mi castillo
Mientras miro con nostalgia
Las hermosas cabelleras de las damas
Que entre gorros de lana
E intensos perfumes de invierno
Pasan sin ser del todo reales.



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