sábado, enero 26, 2019

Tablado

La cara pintada. Un barrio lleno de grillos donde con las últimas chispas del sol, nos encontramos en la puerta. Un pizarrón. Cambiarse la ropa en el baño mientras gente pasa por un pasillo hacia las sillas plásticas. Transformación, transmutación, alquimia. Van y vienen latas de cerveza fría y tras bambalinas calentamos los motores. Cae la noche y al pasar, los niños te chocan los cinco. Saludar al público y mandarse de lleno a la clarinada mientras todo el sueño se vuelve vida. Pisando las tablas, bailamos. La pintura comienza a chorrear por la cara al tiempo que llega la retirada. Nos bajamos cantando y los mismos niños te piden que les pintes la cara. Amigos emocionados que nos fueron a ver. El sueño es ahora sólo un recuerdo. Pero hoy de nuevo. Carnaval. 

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