domingo, octubre 21, 2007

Autorretrato

En una esfera de humos enloquecidos, surfeamos a la orilla del momento que se derrite en viejas lagrimas, que cae, que se desliza, que patina, muerde, recorta y se fracciona disgregándose en cataratas de llantos. El reloj siempre amenaza, con lentos y rápidos ojos inyectados en sangre. Solo la joya blanca de la noche se atreve a compartir esta pena tan honda, este turbio pesar de prisionero. Solo la joya menguante de octubre y mis ojos se pasean desganados por esta noche de flores marchitas.

Pero mi nariz no miente, y tu olfato puedo sentir desde aqui lejos, más alla de la tormenta que nos separa por este momento. La batalla llegara a su fin, y habremos sabido lo que es permanecer juntos a traves de la distancia. Uno con uno, mientras el resto de los vivientes siguen pisandoen falso. Mientras los astros, continuan burlandose de nuestra fe. Solo nosotros y el universo.


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