sábado, octubre 27, 2007

Confensaciones

En la noche, interminable y corriente. Sin fronteras ni luciérnagas, sin identidades o reconocimientos. Aquellos pobres dilatados del alma que rindieron silencio a un altar sin recompensas, en sus sombras van las oraciones crédulas, los osarios sin nombres y la manutención del Águila. Como una farol, pero oscuro.

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