sábado, julio 01, 2017

carta de sábado frío

Qué me queda de la ráfaga fulminante de tus besos. Qué es lo que insistentemente se va acopiando dentro de mis versos cuando es sábado y ensaya la comparsa y estoy a dos latidos acelerados de ir a verte bailar pérdida en la inmensa distancia de tu sonrisa, pero me dejo llenar del mismo desamor, me dejo ir hacia el agotamiento de resignarme a perderte, tantaleando en la penumbra de sospechar que jamas te tuve. Algún día quedará este blog lleno del fantasma de mi terco amor y los versos desangrados serán lo único que atestigüen que existí. Mi huella será el poder haberme contenido de correr a tu abrazo y en el horizonte de tus ojos, voy a ser solo un recuerdo confuso, una engañosa tempestad de zarpazos y delirios lanzados a la nada. Entonces las palabras se descolgarán de las paredes y podrá ser finalmente domingo después de todo, en un tiempo de verdes atardeceres donde acaso solo la calle brandsen sabrá cuánto te amé.

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