sábado, febrero 11, 2023

Noche de llamadas

 Y claro, uno se ríe, porque no hay  mucho más remedio. Media luna escala el horizonte achatado, y por ahí nomás el lucero, madre mía, cuánto vibrato, cuánta farra, cuánto barro, pedestal de renovadas ensoñaciones tiene el lucero a las ocho de la tarde. Porque existe una pulsión, claro que existe, bien clarita agitándose atrás del fuego de la parrilla o trepadita a la boca de éste vaso de cerveza, el mismo parral hasta las tetas de uva verde y dulce. Foto familiar que no es más que la vida misma, eco de tanto abrazo que trasborda el silencio de todos los apagones. Prevalece la intención de quererse unos con otros aunque atrás de cada sombrita, se recorte el perfil de diminutas sevillanas sangrantes. Casi son las 3, hoy es 12. Ésta es noche de Llamadas. 


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