miércoles, julio 09, 2008

Exilio Insinuado

En ese exacto momento
cuando la luna secaba las barbas
bajo los sauces melancólicos,
y las nubes obtusas...

Apareció tu imagen
silenciosa al principio
casi siempre al margen
calma pero ventosa
como una tarde,
como un amanecer.

El cigarrillo y tu voz
se hicieron una cosa sola,
pediste vino en el mercado vacío,
tomaste mi mano,
con tu secreta promesa.

Entonces el deseo fue revelado.
Encontré tu lengua tras una nube baja
y un cierto vapor de helada.
Pensé que te podía convencer
y sé que todavía lo intento.

Por el fuego misterioso de tus ojos
lo intento.
Por el final de tu espalda de reina
lo intento.
Por tu celeste infierno público
lo intento.
Por la próxima vez...



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