sábado, agosto 18, 2012

Antes del Lunes

Materia del Universo, sombra del viento, carne del aire que todo lo contiene, lo detiene, nos entretiene como en un sueño esponjoso y lejano. Virus ancestral sobre las bases partidas del alba.

Gritos serpentinos en la noche de perros, malolientes rastrojos de dudas añejadas como venenoso whisky escocés.

Deliraré mi simple misterio y enturbiaré mis llanas costas para esconder a los torpes tiburones que me habitan. 

Tengo un número de teléfono, soy dinamita, tengo un puñado de diamantinas pegado al lado interno de mi retina y me gusta sentir el movimiento de la tierra, su velocidad inverosímil, sus continuos amaneceres yirando como poseídos por el frenesí sensual de algún dios olvidado.

Todos nos movemos, ciegos danzantes en el vórtice ominoso de nuestra brutal velocidad. Tierra que en mi piel trasluces días y noches bajo el pálido sereno de Agosto, depurando el néctar amargo de una abstinencia que infantilmente apuntalo con algunos psicofármacos recetados y el tibio recelo del mate cimarrón. 

Volveré a reconstruirme, antes del Lunes.

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