El temblor de mis manos, el pulso de mi sangre
el estertor sordo de mis huesos a cada paso
voy repasando las líneas que penden de un hilo
pensando en saltar, volviendo a mirar, oyendo cantar
a una luna envenenada de minutos explosivos
decisivos, invasivos, doloridos, idos y venidos
hasta que se cerró la estadística en picada.
Afuera el mundo parece seguir girando
desde aquí adentro, no estoy seguro.
Oigo voces, pero creo que son por la radio
veo luces, pero parece que están por fuera de mis ojos
siento los pálidos fantasmas que moran en torno mío
y parece que no puedo comunicarme con ellos
porque parece que no puedo llegar a mi mismo
después de tanta insanía, tanto robo de mi alma.
Veremos como sigue la milonga....
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