Mercúrica
Metálica, otras veces, helada como una daga que corta las arterias, hablas en la lengua muerta del amanecer, y yo tuerzo mis orillas para que tu lengua de humo toque apenas el estandarte de plata que me distingue entre todos los remolinos de gas que habitan este trágico desierto. Hermética, profana, hiriente y a veces tan dulce, como el mar. Como un aro de fuego que salpica las hojas de mi árbol de las sombras.
2 comentarios:
INCREÍBLE TU ESCRITURA, QUEDE PERPLEJA DEL USO DE METÁFORAS Y EL SONIDO.
HERMOSO
Muchas gracias, pase cuando quiera!
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