martes, febrero 01, 2011

La Bruja - confesión

La Bruja, Linda Barbie siniestra.

Tirado, arrugado entre casi toda mi ropa sucia, pienso en aquella canción escrita por Solari en la que se hacía referencia a un tango que nos tiene narcotizados. Bailo ese tango, sí. Me hundo en su cadencia antigua, en su juventud insoluble, en su mar apagado de vino, hacha y pañuelo de seda. Bailo tu tango, bailo el tango de la que sea. Ahora porque se me antojó que quiero probar el licor de tu médula, el dulce reflujo de tu femineidad gatuna. Quiero romper esa burbuja que "se abre y se cierra" sobre tu hondo corazón de magdalena. Me voy a la mierda en horas sin vueltas. Me divago suave y dolorosamente sobre la cara de ojete del tiempo. Estoy tirado en tu nido, me estoy yendo hacia un camino de luces que se hace con tu boca y el humo del faso.
Camino por la cornisa de mi propia cordura y vuelvo a mirar para abajo y a sentir el vertigo de tus piernas, la flojera de mis rodillas y la posibilidad de un masaje en el cuello. Veo que pusiste dos colchones en el suelo, sin embargo no había entre ellos ni un centímetro de separación, no había una sola grieta que separara la intención de tu cuerpo para diferenciarlo del mío.
Quién soy yo después de todo para cuestionar si sos vos o si no sos vos. Para qué voy a jugar a la Ouija de los dioses si ya se que me voy a morir algún día, igual que vos, princesa, tarde o temprano vas a caer planchada en un sueño eterno, ese momento de terror absoluto y de vaciamiento súbito bajo el portal de otro plano que se abre. Muertos para toda la eternidad. Sin embargo hasta ese momento la vida esta entre todo lo que habita. Qué será ese que se yo?, bueno solo hay una forma de averiguarlo.

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