sábado, agosto 20, 2016

XXXV

   esa noche de sabado la dedique a la introspeccion, extraños sonidos se dejaban escuchar afuera de tanto en tanto, en el frio, en la misteriosa oscuridad fuera de la casa en colon. existian entonces tantas cosas cuya trayectoria deberia ajustar, que descarte varios planes para pasar el fin de semana en casa, en la soledad de mis pensamientos, con el unico proposito de afinar mi alma y ponerla en sintonia con los deseos de mi corazon, encausar el salvaje manantial de mis pasiones en un solo y concentrado chorro de voluntad que atacase el futuro y formase un armonico acorde con aquello que yo afirmaba que este deberia ser. 
    su abrazo. otra vez ladridos afuera en la noche. me dolia el estomago, parecia un trozo de metal clavado en mi diafragma. la television de la madrugada regalaba saltos ornamentales, pero mi cabeza ya no los admitia, estaba concentrado en algo que podria llamar mi deber. era hora de afrontar la oscura realidad y bregar sin tregua por ser señor de mi destino. por momentos me horrorizaba darme cuenta de cuan desacostumbrado estaba a la sensacion de poseer un proposito concreto e integral para mi existencia. era momento de astillar el hosco escudo que defendia la inamovildad de mi centro energetico y al encarar decididamente esta tarea, podia dar cuenta de cuanto me habia abandonado y por cuanto tiempo y a que precio. me habia desacostumbrado a canalizar mi voluntad sobre un objetivo puntual y a su vez total, y estando entonces esa noche, en la neblina ondulante del vino, me determinaba a conseguir la victoria a cualquier precio. 
    de una manera llegue hasta aquel sordido y profundo rincon de mi mismo, en el que la pobreza se manifestaba como un voto sagrado en favor de una invulnerabilidad sutil, ciertamente a travez de este proceso me di cuenta de que jamas me habia sentido tan pobre como cuando trabajaba arduamente. en esta situacion sin embargo, realmente sin un peso, existia un espacio vacio que podia llenar con voluptuosa ociosidad, hondas horas de meditacion y abocacion total a la escritura, la lectura y el canto. su lento efecto curativo habia tomado casi un año en volverme a poner en carrera por conquistar mi destino, pero ese momento, largamente esquivo, finalmente se cernia sobre el presente y precipitaba sobre mi un solido sentido del deber conmigo mismo, un deber cuyo transformador poderio me impulsaba hasta el borde de lo conocido y me daba fuerzas para saltar, para tomar una prueba de fe que me estaba debiendo desde hacia ya largo tiempo. 
   V habia aparecido y vuelto a viajar a norteamerica por trabajo. en lo que iba del año, estuvo mas alla que aca. faltaban pocas piezas en su sitio. yo me encaminaba hacia ella... pero ella... estaba a 9.000 km y la noche en colon estaba llena de ruidos. para ese entonces sentia un enorme asco de pensar que habia una rata dentro de la casa.

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