sábado, junio 04, 2016

Postal Sabatina

El vidrio de la cocina esta empañado y Marta está lavando los cubiertos. La casa del frío permanece suspendida en un hálito glaciar y yo estoy jugando un concurso de fotos de gatos chotos con Alondra de el cual, necesariamente, salí triunfante (que se note la predilección por el término "triunfante" por sobre sus otros sinónimos) porque tengo en mi haber cuatro o cinco fotografías del Min Jorrison que son una delicia. Ahora suenan canciones de moda en las voces de las gurisas y se escucha el teclado del celular, con su charla traqueteante. Escritos de ciencia física y un derrumbe de cacerolas en el fregadero colapsa la atención y la más chiquita mira videos en YouTube y está tranquila. Se escucha además el lavarropa, interrumpiendo los breves silencios que se cuelan entre risas de un sábado y choque de vasos, de guisos, tabaco y las reminiscencias de un mate ensillado, su sabor amargo y su final de estrépito en la garganta irritada del ensayo de anoche. Me encuentro inusitadamente tranquilo dadas las circunstancias por las que atravieso. Pienso en ella, entre un nuevo desconcierto o tal vez entre el mismo desconcierto de siempre, Marta dice tu nombre "Vicky", aludiendo a otra persona, pero se da cuenta de la opresión en el pecho que me genera escucharlo de la nada, mientras escribo acerca de esto. Se ríen de mí... voy a dejar de escribir. 

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