Soplido sobre nudos de magnolias fugitivas
vuela un condor de humo sobre la cima de un cerro
y todas las plantas industriales
todos los vertederos de basura
cantan un preludio de febrero
que es como una mariposa errante
en la brevedad que paraliza los relojes
una pantalla de fiebre y silencio
por donde se proyectan secuencias antiguas
ventanas al sol de la tarde
conciencia alargada de instantes que se mecen
vulnerables actores con otra vida
repasan escándalos en aburridas temporadas
e irrealidades con risas de vertigo
que callarán por la mañana sin pistas
otro atardecer de moras y selvas
se abre en abanicos-misiles
perpetrando piruetas
detrás de telones y mayas y trapecistas
que siempre saltarán sin red
hacia bóvedas inciertas
poesía del peligro más hondo
relincho de alucinaciones berretas
vamos al último destino
siempre atajando los dardos de infamia
que se repiten sin criterio
sobre y por cada esquina o baldosa
hasta descontruír estrellas
mitología intermitente
que se va formando, soldando
fundiendo en forjas parecidas a otras forjas
viento rastrero que acusa delirios de éter
y el horizonte que tiene un hambre que se cae de costado
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