jueves, enero 07, 2016

Horas antes de anoche

Voraz perdición 
Recostada por barandas 
Que soportan la luna 
A penas
Temblor de estrella
Guante descosido
Que amaga otra partida
Anden que esta vacío
Tu mirada única para mi 
Tu cielo en tempestad 
Magia sombría
que finge alegrías inagotables 
Ir y venir con la marea 
Todo esta relacionado con tu luna
Que es redundancia ya
En mi boca quemada por la noche
Tantas especias 
Sabores milenarios 
Que desahogan sepulcros 
En los que murió mi pecho 
Acabado por soledades inmensas 
Deshabitado de magias
Callado en un grito negro
Que acorralaba panteras de fuego
Y furia y bosque quemado
Y bala de plata 
Para conjuros del destino 
Este misterio
Que sabroso
Y a la vez azaroso
Desencajado 
Suicida compulsivo 
Este momento 
En el que las flores de enero 
Son luz y canto de otras flores
Ahora marchitas
Que vagaran incansables 
Por veredas de paraísos
Y castaños y avellanas
Vino y leña en la cúspide
De nuestro idilio 
Apasionado y dramático 
Lo querés sellar de soledades
Para no quedarte mirando
Los años de mi brazo
Yo lo entiendo 
Pero te busco
En el silencio clandestino 
De otra suplica de mercurio 
Agonía y sales de azufre 
Quieren anunciar tus banderas 
Entidades de rojo y negro
Yiran en la trasnochada 
Cara de taxi vacío 
Perdido en latitudes misteriosas 
Donde no existe ya la gente 
Sino puertas de ceniza 
Alambres oxidados 
De perpetuidad dudosa
La certeza del hierro 
Se esfuma en pasos por la arena 
Y querés sentir la nada
Y querés sentirlo todo
Y yo revuelvo el costillar de la noche 
Para hallar migas de besos contenidos
Para atragantarme 
Con los dados de bruma
De tu espalda de guerrera
Bruja enloquecida de licores
Limada por amaneceres oscuros
Detrás de la cortina 
Salgamos juntos al sol 
A comer bizcochos y tomar colet
A la rambla de este verano
A celebrar por siempre aquel abrazo
Que contesto incertidumbres
Casi inaceptables
Pero tan reales, que asustan 
Y es así...
Vivimos para perdernos 
Siempre cagados por hallarnos
Siempre inventando cuentos
Que nos demoren un instante 
Del destino que apremia 
Y no perdona.

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