jueves, mayo 17, 2018

Millán

Triangulando su perfume da vueltas
Una captura de gris 
  tras faroles con escarcha.

Una palmera me mira
desde la comisaria
Ambos estamos temblando
Y un pedregullo
Un sentirse vapor
Colgado del cigarrillo
Me viene a socorrer
Con su dulce flecha.

Cruzo la ventana
Hacia el sueño de su abismo.
Un olor de floripón
Sopapea los viejos postigos
3era noche en la mansión gris

Jamás un lugar tan adecuado para mí
Esta fortaleza, esta pieza histórica
En la que duermo y despierto.
Su vastedad de cemento crudo
De baldosa antogua
Una segunda planta
Decorada por arcadas 
y pechitos de Paloma.

Me estoy cagando de frío...
Pero frente a un castillo.
En este casco de vencida exuberancia.

María, María María.

Descoser sonrisa de cristales
Abandonarse hacia la orilla
Pulverizando espuma de la pura noche.

Me está escalando el temblor
Robándome la garganta

Recuerdo aquel tiempo
Cuando todo su ser se humedecía
Con tan solo hablar al amanecer
No paro de preguntarme qué sería..
Y Por qué ya no lo dice más.  

Al compás de la muerte del otoño
Vuelve a mí la ilusión de tu perfume
Las horas de almendras y de olivas
En que tu inmensidad y tus temores
Se hacen una bolita frente al consuelo
De las miradas. 

Sabés bien de lo que hablo.

No puedo controlar el temblor
Mi pecho se sacude con el frío
La casa promete ser inclemente
Y mis dedos casi no hacen pié...

Viene ya la noche por Millán. 


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