viernes, mayo 18, 2018

Y seguiré esperando...

Las diez de la noche pasan su cuchillo
Y el Prado se estremece y parece crujir
Cuando entre cigarros y Dolina
Repaso todas las hendiduras de tu cuerpo

Allá lejos va el bandoneón del carnaval
Y un olvido que se marchitó
Vuelve a germinar en mis palabras
Porque quisiste inocular en mí
El fugaz milagro de esta alegría

Yo te voy pensando
Me voy haciendo a la idea
De entre miradas que rematan
Sacarnos mal y rápido la ropa
Y que se caigan las monedas. 

Contra el frío me recorto las ganas
De lamer tu espalda
De beber tu sexo
De bloquear puertas y ventanas
Para que nadie oiga tu voz
Quebrarse en bestial agonía
Para que nadie sienta el impacto
De nuestro frenesí conciliatorio.

Secuestrar tus arrestos de demencia
Y que me obligues rebanándome
Para que entre fotos con silencios
Y lunas verdes renacidas
Nos hagámos baba y poesía
Atendiendo el último balcón
De la madrugada.

Sé muy bien que tu mano
Decapitó la eternidad del silencio
Para saludar a mi viento leve
Sé que no es tan difícil para vos
Dejarte patalaear en la penumbra
De esta centenaria correspondencia
Para volverte seda y arcilla fresca
En la sola intensidad de la idea
De ser ladrillo y vino

A la sombra de las palmeras
Como enredaderas de espinas
Creciendo en taludes dormidos
Nos vamos encontrando
Reconociendo en cada estocada
Que nada hay ni habrá parecido

Remontar con mis manos tu cuello
Que hundas tus garras en mi pecho
Devorarnos en remolinos de cristal
Para estallar de alegría a un mismo tiempo.

Quiero que vuelvas a morder
Vas a dejarme taladrar
Tus dulces orillas sin fondo
Esperé demasiado
Aunque esperaría aún más
Por tenerte así de cerca
Respondiendo con urgencia
Y meditada impuntualidad
A las minúsculas provocaciones
Que dicen "Te Amo"
En el hielo quebradizo 
Que hay en la cara del reloj

Dibujo ruletas y desiertos
En esta cama apenas tibia
Busco en mi bajo vientre
Rescoldos de tu hoguera grande
Ventanas de tus mares negros
Y encuentro una necesidad
Que acabo de intentar describir.


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