jueves, noviembre 06, 2008

Breve reseña sobre Montevideo (y otras partes del Uruguay)


Montevideo es una ciudad típicamente dark, donde la gente es austera, bastante chusma y casi ilustrada, a veces valiente, pero sobre todo cargada de una profunda tendencia a intentar no sobresalir en nada, muchos intentan pero secretamente son ahogados por la manta de palabras que emergen de ventanas oscuras, de piezas debilitadas por un color ambarino, que de alguna manera se quedó estancado en la decada del 50. Montevideo tiene luces amarillas y atardeceres hermosos, muchos árboles, no demasiada violencia y acuna en su seno un espiritu salvaje y profundamente taimado por los años de derrotas y por una historia que carece de grandes logros y de idolos mayores. Obdulio Varela, cómo no, Pablo Bengochea, Carlos Tanco. Pero no demasiado más, algún soldado cojonudo y algún estratega sin conciencia tapados por una bruma que llama al anonimato. La antena del palacio Salvo, la mierda de la estatua de Artigas, los tubos de luz negra de la torre de los homenajes del Estadio Centenario, el milagro del empate con Bolivia en la altura... Peñarol campeón del mundo, el negro Chengue, Alvaro Recoba y así estamos. Nosotros pensamos que los argentinos son demasiado extravagantes y que los brasileros son demasiado alegres y que ambos tienen ínfulas de primer mundo, pero nosotros les ganamos una final del mundo a cada uno, y así estamos. Montevideo es una ciudad típicamente dark, de tendencia al estanque, una tierra donde el imperio del golpe de efecto tiene a todo el mundo por las muñecas y donde la profunda introversión es casi un deber civil. Pero se respira un aire increible, hay unas carnes sinceramente excelentes, tenemos costas lejanas, por la parte de Rocha, que nada tienen que envidiarle a las playas más renombradas del brasil y de otros mares celestes. Todavía se puede andar en la calle... (más o menos).

4 comentarios:

Periquito Lasabrosura, poeta brujo. dijo...

Nando, que lindo relato, me dan ganas de volver a ir. Lastima que pasará tiempo para que pueda. Saludos. Y, se equivoca, los argentinos no solo somos extravagantes, somos insoportablemente egocéntricos, pasionales y cínicos. Es la triste verdad, saludos nuevamente.

NandoXXI dijo...

Me alegra que haya gustado del relato ya que ha sido especialmente destinado a satisfacer su curiosidad acerca de los porqués de esas cosas raras que uno siente cuando visita estas tierras.

Devuelvo el caluroso saludo y si alguna vez llega a volver cuente con un servidor para ir bebiendo algo ya desde tempranito ;)

Maga DeLin dijo...

Hola!

He ido pocas veces a Montevideo, y eso que soy de Uruguay. No me gusta, pero admito que hay posibilidades de que se deba a que me trae malos recuerdos.

Es gris, sí. Y la gente no es como aquí. Siempre están apurados y no suelen ser amables ni por teléfono.

Beso!

NandoXXI dijo...

Maga: Que linda novela esa de Cortázar eh? Soy un gran fanatico de su trabajo y que belleza ella eh? un poco complicada como todas las uruguayas no? Pero muy interesante.

Cuando quieras venir a Montevideo, vas a ver que si lo haces en la época del año adecuada te vas a llevar una hermosa sorpresa, deja atrás los malos recuerdos.

Y vamo arriba!!!!
Saludos Grandes!!!