lunes, enero 01, 2018

Se escapa la sombra

Recordar la vuelta
La isla con su viento
Su frío de mostrador
Y las luces casi irreales

Las paredes dicen nombres
Crepúsculo de una epopeya
Que bajo la luna y su séquito
Se vuelve hielo evaporándose

Solo hojas trituradas al viento
Como aquellos viejos poemas
Donde el resplandor de la belleza
Existía en la carne y las miradas

Son barridas, solpadas
Por dedos impersonales
Mientras las canciones
Van cambiando lentamente
La sustancia significante.

Los árboles son ya marionetas
Corazones de palo a penas
En la brisa casi fresca y marina
De la segunda noche de enero.

No sonarán los teléfonos
Porque yo no lo deseo
No cantarán las campanas
Porque no hay tal cosa,
           "tiempo"

No responderá mi carta
Porque ella ya no existe.

Se arrastra el cielo pelado
Frotándose sobre las piedras

        La rambla y su murmullo
Se volverá de seda y diamante
Cuando en un futuro no distante
Se levante el sol del verano.

Arderá el pavimento 
Donde esperaré siempre
Una rosa con abrazo
Que ligue mi pasado con mi alma

Firmaremos hasta entonces
Pergaminos y escapes
Capitulación dolorosa del amor
Ante ejercitos de un general de olvido
Que con la voz silenciosa
Borrará como el agua
Las huellas de los caminantes
De playas que nunca vivieron. 



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