jueves, febrero 26, 2009

El cielo

Encuentro en la calle los pedazos del cielo
mientras que por arriba vuelan torciéndose
las eras y los siglos, flota la paz y la batalla
entreveradas sin forma sobre las cabezas
y yo encuentro en la calle, charcos caídos,
de cielo.

Los ojos, con el fuego secreto de la mente
miran el mundo dejando a su vez
que el mundo mire adentro de ellos.

La mañana, la encuentro en la húmedad,
en la ausencia, que me llena y me vacía,
en el humo, que da señales que estoy vivo.

Las botellas vacías se acumulan
solemnes, paradas en un frío rincón
apuntando hacia arriba
hacia el tiempo que se marea eternamente
y sin apuros.

El cielo, de alguna manera, parpadea
como la luz, como el aliento, como el espiritu.
Parpadea en su inmensa grandeza
caído y hecho pedazos en el suelo
alrededor de nosotros
con su poderosa sensación infinita
baila en las calles, tembloroso, lleno de estrellas
el cielo.



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