domingo, julio 10, 2016

h. ch. XII

   mas dificultades, mas bajo se puede ir cayendo, mas baja la noche insensata y el río huracanado revuelve mis tripas. y mas dificultades. colón, ruido de agua en cañerías y la heladera, vocero de nuestro silencio.
   esa tarde desperté con los ojos pintados de turquesa. dentro de la casa hacía un frío satánico, afuera no. el sol resplandecía entre nubes finas como en una pecera, al rededor de unos 17º.
   la noche anterior debutó la murga con su cuadro 2016. mi primo hizo el largo viaja curva-colón para venir a buscarme y allá partimos rumbo a su casa fumando, con cautela, una de sus poderosas plantas. dos o tres horas mas tarde ya estábamos casi todos reunidos en el recoveco. varios llegaron con botellas de grapamiel. concurrió una amiga de la murga que es maquilladora y nos aplicó una escueta base blanca en torno a los ojos más unos colorcitos en los párpados y giratorias formas negras q colgaban en las mejillas. sabíamos q ninguna otra murga se iba pintar pero no nos importó, al contrario, estábamos felices de hacer algo diferente.
   hacia las 0hs calentábamos en la esquina del primero de los eventos y para ser honesto la murga sonaba muy fuerte, cantábamos todos desde el alma y si bien faltaba un ajuste de afinación grupal, el resultado fue un aplauso intenso de quienes se habían arrimado a escuchar y de otro número de jóvenes q achicaban en las afueras del Chulo.
   nos tocó subir. la iluminación estaba al revés y apuntaba, en lugar de hacia nosotros, al rostro de los 50 espectadores que nos recibieron con gritos y aplausos en abundancia, totalmente encandilados.. camilo y yo conducíamos con aire ligero y entretenido de alegres borrachines arrancando algunas risas y presentando uno a uno, los 4 temas que cantamos.
   yo en ningún momento lo expresé oralmente pero habitaba em mis entrañas el doloroso deseo de estar en compñia de v, de ver sus ojos a un lado, mirándome, su risa clavada en la noche, emitiendo luz, tomar su mano sin querer... durante toda la noche anhelé irme a casa con ella. a medida que su olor era drenado de mi cuerpo era mas difícil dejarla ir, cuando eran menos que gotas lo que de ella todavía me recorría, se formaba un estreñimiento en mí q se aferraba a esa última y diminuta dosis de su amor.
    salimos del Chulo totalmente victoriosos, nos abrazamos en abundancia y el vinculo grupal fue fortalecido, estábamos ebrios, no solo po el alcohol, cuyo uso recreativo fuimos moderando, pues la jornada era larga, sino por un sentimiento de alegría y un amor por cantar q nos elevaba a todos a un plano bacanal y divino.
  lo mejor del asunto es que restaba un festival mas todavía de modo que salimos todos en patota hacia la parada del 546, eran la una casi pero confiábamos en la aplicación de los horarios de los buses y allá fuimos. tan preciso fue el pronostico que algunos de los rezagados tuvimos que correr para alcanzarlo, incluso el cabeza que había sido operado de meniscos dos semanas atrás.
     antes de subir, el conductor bajó a tres pibes qur venían armando bardo. pésima noche para el tipo, considerando que nosotros regalamos un temita para el escaso pasaje y, por supuest para el atormentado conductor, a quien agradecimos efusivamente y aplaudimos antes de bajar.
    01:30 como habíamos acordado, llegamos al club Colombes y el ambiente reinante era una puta maravilla. multitud de jóvenes dentro y fuera del club le daban asidero a aquello que yo decía sobre que esta época es mejor que los 60. cuando subimos la escalera hacia donde estaba el escenario, apenas lo pudimos creer, estaba lleno y la luz era ideal. subimos a cantar yno había retorno, era como una cámara de silencio, asi que la murga canto de memoria y la gente nos aplaudio abundante y recibimos sus atenciones con total agradecimiento. que momento de gran felicidad, cuanta dicha salpicando el vasto paño de amargura, cuanta gente, cuanta murga, cuanto deseaba yo q v me estuviese esperando al bajar y que con su beso me confirmara que todo salio bien y que ella estaba ahí para irse conmigo cuando todo acabase.  pero no, nada. ella se había ido, yo me había ido, no había nadie entre las 200 personas dentro y fuera el Colombes salvo ese deseo infantil, perverso y cobarde de abrazarla. nadie.
    una vez acabadas nuestras tareas la mayoría del grupo se volcó al consumo de alcohol y cannabis en proporciones elevadas. yo también. cuando acabaron de cantar todos, el club se convirtió en un gigantesco baile y nuestra murga bailo, horas.
   llegando a las 4 de la mañana, nos cruzamos con una ex intergante de nuestro grupo que cantaba muy mal, pero de unas piernas muy apetecibles. la invité a unirse a la ronda y eso hizo, acompañada por otra amiga que también se veía bastante potable. entre el bailoteo comenzaron las miradas, las risitas y los comentarios cerca del oído, con una, con la otra...
    en eso, aparece b, había estado toda la noche ahí junto a nosotros, pero no se animó hasta ese momento a jugar sus cartas. era esperable ya que seis meses atrás ella se las ingenió para llevarme a su casa. eran las 8 de la mañana y yo me quedé dormido antes de que eela se sacara los championes. por esto presumí que su interés en mi habiase desvanecido, pero al verme boludear con las otras dos foráneas, b se lanzó por su presa sin más dilatación.
   me di vuelta y estaba ahí, sus pequeños ojos tenían una pretensión perversa que me dio gracia, quiso bailar. nunca gusté de bailar con una mujer que no deseara con fruición, disfrutaba hacerlo solo y llevar mi propio ritmo, accedí y no disfrute mucho. b parecía encantada, no porque yo fuese un compañero de baile bueno, sino porque podía mostrarle a las otras dos urracas, que yo ya tenía marca personal. me llevo abajo con la excusa de tomar una tranqui, eso hicimos, yo estaba muy cansado y bastante en pedo. me dio un marlboro y me pidió un beso, se lo di tan desapasionadamente q se me puso dura al instante . me traicionaba el despecho, el dolor, repugnante, mordedor, veía en la boca finita de b, la negación constante, el rechazo a todo lo que quería para mí y para mi vida. sin embargo no me alcanzaba para un taxi, a penas tenía para un bus a colon cuya parada distaba unos 3 km del club, además ya se me había parado. asi que aprovechando que mi  padre no estaría en la casa, la invité. cinco minutos después estábamos en un taxi rumbo a victoriano alvarez. Apenas entramos a casa me la estaba chupando. Se sentía bien que alguien le demostrara a uno ese tipo de cariño, aunque lo de b no fuera cariño sino calentura y un toque de obsesión. Venia bien de igual modo. Después de revolcarnos un rato, yo como era habitual no había podido acabar, pero estaba tan satisfecho como podía estr en aquellas circunstancias. Dormimos. Ella se fue a la mañana y yo seguí durmiendo. 
  desperté horas después y mis ojos estaban aun pintados de turquesa. me esperaba un domingo de soledad.


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