miércoles, julio 27, 2016

herencia chinawski XXI

    continuare en este capitulo la historia que deje pendiente en el final del anterior    ya que el blogger al que puedo tener aceso desde este viejo y ruinoso samsung no es para nada amigable y como dije  antes entorpecía de forma continua la tarea literaria. igual preferia escribir así que no escribir en absoluto.
    decía que en esos días v como era una interesante costumbre estaba a muy poco tiempo de irse a trabajar a norteamerica durante dos meses y consideraba que era momento de un alejamiento y aprovechar el viaje para dejar de hablarnos. en eso andábamos cuando yo visitaba por primera vez la caa de e. fue una noche de una temperatura ideal y al final salio el mate y conversamos y fumamos y yo anticipaba en la mirada de su amiga un dejo de hostilidad in expresada. todo salio de de lo mas bien. esa noche jugaba peñarol y no se porque o con que motivo v había expresado su querer vernos. su mensaje me llego cuando estaba por acceder a quedarme a comer y me excuse con ambas diciendo que iría a ver el partido con mi padre que  es un ferviente hincha aurinegro.
   v me pregunto en un segundo mensaje donde estaba y yo respondi que con amigos. v era increiblemente intuitiva pero muchas veces confundia los tantos y erraba de manera gruesa. esta vez tenia motivos reales para figurarse que yo andaba en algo. e me acompanho hasta la esquina de ocho de octubre y mas tarde me confeso que esa misma noche se habia quedado con las ganas de besarme y que casi dio vuelta para hacerlo.
   baje por la calle trueba. era mi paseo favorito de todo el universo. bajar cantando murga por su calle. vamos bohemios desdichados del pasado tropiezo con la luna enamorado dejando aquella huella en el final.
   llegue a su puerta. me atendió tan hermosa tan disenhada para mi. tan graciosa e inteligente tan brutalmente sexy y aparentemente segura de si misma. era la mujer de mis sueños y me abría la puerta de calle de su apartamento y me invitaba a pasar a su casa y casi nunca nos besábamos en la puerta al llegar. y cuando ella subía la escalera yo le miraba las bellísimas piernas y ella se contoneaba. al final entramos y bebimos vino.  v tenia un gusto extraordinario en vinos y esa virtud parecía disimular el hecho de que era una alcohólica. altamente funcional y una excelente administradora a parte de una empleada eficiente y de gran disposición. pero era alcohólica y a mi me enamoraba. esa noche hablamos mucho y abundaba la seducción. la atracción entre ambos era algo sin precedentes. en una me apretó para que le  confesara en que andaba antes de ir a su casa. me resistí a explicarle porque ya habíamos pasado por situaciones similares y mas alla  que nuestra no relación era abierta y sin compromisos v terminaba poniéndose celosa y diciendo que no sentía celos. era divertidisimo pero en este caso prefería no pasar por eso y evadí sus preguntas con risas que oscilaban entre la vergüenza y la aceptación de las cuasi acusaciones que recibía por parte de una v que aparentaba tranquilidad pero trasuntaba un bello enojo motivado por los celos. 
   Luego de eso empezó a joder con que esa seria la ultima vez que nos veríamos, no fue así, como narrare mas adelante. Pero ella insitia en que si. le seguí el juego pero en el fondo me daba un poco de miedo no volver a verla mas.
     Hicimos el amor con un apasionado salvajismo. El aire sacaba llamas. El frotar de nuestros cuerpos generaba una energía luminosa suficiente para sustentar una pequeña ciudad. de los mejores polvos de mi vida. Nos matábamos, nos dábamos vida, nos amábamos y odiábamos en partes iguales y lo demostrábamos con una violencia amorosa y una pasión sin precedentes. No imagino aun hoy una sensación de mayor placer. 
    En medio de aquella batalla en las que yo era capaz de sudar varios litros v me ataco, estiro su brazo convulsionado por el placer de mi inagotable arremetida  y se aferro con sus uñas a mi cuello pegando el tirón hacia atrás. Me dejo una herida apenas sangrante que me dolió tanto como me gusto y me excito aun mas si era aquello posible. El sudor manaba de cada uno de mis poros y resbalaba por mi cuello produciendo un intenso ardor. enseguida lanzo otro ataque, esta vez a mi pecho y logrando similares resultados. v se transformaba tanto durante aquellos asaltos que profería cualquier tipo de cosas que serían irreproducibles incluso en relatos tan bajos como estos. gruñía y pateaba. lo disfrutamos tanto...
  al final de la impresionante faena estabamos exhaustos y un torrente de genuina felicidad iba por cada vena y arteria, virtiendo una sensación de sosiego, una incontenible vinculación y pertenencia. ambos en buena  fe aseguramos jamas antes haber experimentado algo así de intenso y a la vez desconcertante.
    nos fuimos a la cama juntos. faltaban pocos días para que se fuera al norte. dormimos abrazados y el torrente de unión no pudo interrumpirse a lo largo de toda la noche.
    a la mañana siguiente, sonó el despertador, con aquel tono que de escucharlo ahora me cago encima.  el intento de v por despertar fue tan esforzado como inútil y postergo la alarma hasta que finalmente decidio faltar al trabajo. no podría explicar en palabras coherentes la felicidad que sufrí entonces, cuando llamó a su trabajo y avisó que se sentía mal, mas precisamente cuando volvió a la cama y nos despachamos un larguísimo y bastante sudoroso polvo mañanero. nos volvimos a dormir y a despertar repitiendo la operación. a las tres de la tarde eramos un caldo viviente de restos de sexo y carnes al rojo vivo. 
      En todo ese tiempo que estuve felizmente prisionero de ese amor animal, mucha gente se.habia intentado comunicar conmigo, entre ellas la joven e. El iPhone permanecio apagado y solo accedi a su contenido una vez que llegadas las 18 horas, v me despidio de su casa a cuento de que venian visitas.
 De modo que nos besamos secretamente y nos abrazamos con misterioso amor bajo el temprano cielo nocturno de marzo. 
   Yo volvi cantando murga por trueba para arriba. La emocion mas aguda me recorria por completo. Cuanto amaba a esa mujer. Cuanto dolor me inflingia tener la certeza, desde un principio, que lo nuestro estaba signado por el eventual naufragio. Iba de camino al ensayo, en esos dias mi murga se juntaba en blanes y chana, a unas doce cuadras de la casa de v. La noche era bellisima y alla iba yo, con aquella herida lineal que la pasion enloquecida de v me genero, bajo la luna insolente y penetrante.

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