lunes, julio 04, 2016

herencia chinawski VIII

.  El sonido del motor del auto de mi padre atronó en la tarde desagradable y lluviosa. El agua se habia adueñado de todo. Mis pies estaban frios, mi ropa mojada, mi alma oscurecida sentia vacios por todos lados, sin embargo habia algo de abandono en mi.  Nada me importaba demasiado y en lugar de preocuparme lo aceptaba con minima dignidad. Dia a dia mi amor por V se iba tornando en un desapego tiznado por un resentimiento de lo mas venenoso. 
   Finalmente habia conseguido para fumar, una verdadera agonia. De haber sido por mi, hubiese fumado uno tras otro hasta la muerte, pero el tabaco era un recurso demasiado valioso como para entregarlo de lleno a mis deseos obsesivos.
 Tres caramelos de frutilla en mi bolsillo. Mi gran tesoro. La pobrrza se habia cernido sobre mi con total consentimiento de mi parte. 
  Recordaba mi vida anterior sin nostalgia. Hace poco tiempo, ir los fines de semana a hermosos lugares acompañado de L, mi ex mujer, era una rutina de lo mas agradable. El hotel la Viuda en Jose Ignacio, con su jacuzzi y su desayuno continental. El lujoso hotel del Lago cerca de Punta del Este, los partidos amistosos de tennis con L, los paseos en auto, el pasar meses completos sin tener ninguna necesidad economica y pesar 20 kg mas que ahora se representaban en mi memoria sin rastro de melancolia o anhelo. Surcaba yo ahora las profundidades de la carencia y todo era gris y humedo y maloliente y sucio y casi siempre triste, salvo cuando cantaba, entonces todos mis demonios se aturdian y se escapaban de mi para aguardarme renovados a la salida del ensayo, agazapados en la soledad que se esparcia en todas partes.
   Hacia pocos dias, parado con la barra en la puerta del comodo lugar de ensayo, paso por la calle garibaldi el auto de L, con ella al volante, la vi. Llevaba un pañuelo en el cuello y el hermoso cabello rubio recogido en un moño. La vision fue fugaz y no correspondida y el auto color rojo se perdio por garibaldi hacia el sur. Casi ni me sorprendio el hecho de no sentir absolutamente nada. L era bellisima y un aura triste quedo flotando como un perfume en la calle. por suerte mi nariz estaba totalmente tapada por el hielo sucio de un vacio insensible. 

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