viernes, febrero 22, 2008

Comunicado


Se abre la cortina, una luz de cerro distante se comprime bajo el peso de las pudendas creaturas que me invaden de mariposas el lacerado triperío de mis entrañas. Todo lo entrevero, gustoso y satisfecho por los desnutridos querubines que orinan su sangre sin color en las fontanas de una noche cuya afilada dentadura rasga, desmembra y convierte en tasajo las imberves ambiciones de mis letras. Lo seguiré haciendo, hasta que la playa de febrero deje de ser hermosa, hasta que la luna amarilla de los enamorados vuelque sus fluidos sobre las calles heridas y las sombras hambrientas, hasta la ultima gota, hasta el ultimo suspiro, hasta que el vendabal embravecido del tiempo se coma la carne de mis dedos y me arranque la vida de los brazos. Seguire haciendo parir a las mulas, cruzando las aguilas con los perros callejeros, el lamento de los gatos con las deliciosas notas de la opera europea. Seguire masacrando con una hachuela de mano los desolados baúles de mi tenaz soledad de curandero lastimado, intentando aceptar que la poesía es un efecto causado por sacar y sacar cosas de un vacío absoluto.

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