jueves, febrero 28, 2008

Otras cosas (3)

En el asiento trasero de las dilaciones que nos apartan del destino, se encuentran las palabras rotas que llenaron el pergamino de las promesas. Ahora queda un rastro de humo donde estuvo tu vientre florecido y tus manos de parra, donde ahora solo queda uno de los dos, sin haberte dicho antes que te fueras lo que sería de mi si tu no estás. Por la árida acera de cadaveres controlados, voy corriendo desesperadamente, persiguiendo la puesta del sol, intentando huir de lo imposible, de los vampiros hambrientos de la ciudad, de tus recuerdos que me atrapan una y otra vez. Guardo mi llave para siempre en mi placard... aunque reconozco que las moscas del tiempo traeran otra vez una respiración de golondrian hasta los barandales de mi agrietado corazón de teatro ambulante. Por ahora veo la lluvia, paso, y voy oyendo uno a uno a los platos de la tarde deshacerse contra el suelo de esta espera de cien años.

Sr. N & NandoXXI

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