viernes, enero 11, 2008

Niños Reyes.


Entre los negros arbustos, como una llama silenciosa que se escribe a si misma en la memoria de todos los seres humanos, como un tigre agazapado en la niebla de una tarde humeda, el aire se torna denso y las arterias del espectador comienzan a taparse con hielo, con espuma y con vehemente actitud pasiva. Los contornos, ese juego, ese lazo de demoliciones que nos unen a la manada, a ese constante retornar a lo primario, a lo extrictamente carnivoro mamifero. Huelo sudores en la brisa que viene del mar, un dejo algo raro de menta, de aceitunas y de cuero en ese amanecer que no aparece, pero que pronto vendra, como un sueño liquido que se arrastra desde un horizonte insospechado... como una cadena de vicios, como un circulo de extensiones para el espiritu, todas esas bocas, girando alrededor del aire... y esto.


2 comentarios:

Eugenia S. dijo...

Hay veces que intento retener, pero se me escurre por entre los dedos, a pesar de que cierro la mano con fuerza. Y hoy es uno de esos días. Así que sólo marquen(me) el presente.

:)

NandoXXI dijo...

Nena, por alguna razon, hace rato que tu avatar de dali no se ve. Porque sera?

Besos y gracias por estar siempre, aunque la arena de mi poesia se vuelva demasiado seca como para retenerla en la mano...

:)