domingo, febrero 04, 2018

El aire de esta noche lunar

Un dragón negro muerde la noche
Más abajo un lobo
Herido, temeroso, arrinconado
Canta de pánico y de instinto
Una canción a la Luna 
y su séquito brillante.

Ella y su flor secreta
Ella con sus alas suspendidas
Yo y mi cuarto con mosquitos
Yo y mi eterna paciencia

Trepa un gemido por la pared
Son las dagas de un dios sin nombre
Que tiene una aerolínea infernal
Donde todos los viajes son en círculo
Como eterna y descendente esprial

El almanaque y su cara de rabia
Vuelcan relojes sobre el mar
Y las chicarras romperán el día
Apenas se corte este humedal sombrío
Si es que los diablos de ciudad
Soplan las nubes a tiempo
Para ver un nuevo eclipse

Se torna gelatina la chapa
Mientras el Salvo agoniza a los gritos
La aduana se va derritiendo
Al ritmo de un candombe robado.

Me estremece el pum de los contenedores
El puerto cancionero mágico
Junto a la rambla de soledades.
Que yo mismo he sembrado.

Buscaré el perdón de las ventanas
Buscaré a la partera de este amor
De tontos
Llamaré a los sueños más rebeldes
Para agigantar la mística del animal

Se hará polvo esa playa
Antes que la hayamos pisado
Se borrarán las películas de la humanidad
Antes que entre besos
Dejemos de ver alguna. 

Acatar
Acatar los signos del destino
Sin dejar de echar el resto
En cada batalla por mi amor.

Soy víctima de su belleza
Toda su incomprensión
Me vuelve humano
Me trae siempre a la negación
Que es una víbora 
Comiéndose a si misma.

Volverá a mis brazos
Volveré a la paz de su demencia
La llevaré a pasear entre azucenas
Mientras la noche almíbar
Cata nuestros íntimos festejos.

No se puede estrategiar
Lo que no es de este mundo
Solo se puede vivir
Y ser testigo sin miedo
De la magia y el ritual
Que nos une por completo.

Hay que dar un paso más
El día siempre nos espera. 




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