miércoles, febrero 21, 2018

Mi arrogancia es esto

Brindo por ella en la mesa de siempre
El amanecer se demora en vasos
Mientras el humo del pucho
Baila en círculos, casi ajeno a mí. 

La verguenza de los edificios
Su tierno amor de cemento
Y esta brisa casi inmóvil
Es lo único que se mueve
En este triángulo de concecusiones
Que me traen siempre
A este mismo poema
A esta almendra friolenta
Que jamás termino de escribie

La noche tiene la forma de una momia
Yo soy una cortina que oculta mi espalda
Una bobina, una bujía, un búho de metal
Que persigue señales sin salidas.

No hay velocidad ni lentitud
En los balcones donde se ha borrado
Su jazmín. 

Las piedras sospechan
Que la vida existe todavía
Detrás de todo este cartón
Saben las olas dormidas
Que la vida tiene gemas 
Perlas inmensas
Que aún no fueron exploradas.

Un reloj de terciopelo
Denunciará a la avenida
Y su transformación de oruga.
Yo creeré que aun es temprano
Pero me figuro que tal cosa no existe. 

Receptáculo de misterios infinitos
Con mi tos voy a espantar a un cuervo
Y bajo el cuidado del mar indiferente
Le pondré el pecho a otra batalla
Para que nada ni nadie se detenga

Hace días que no me río
Aunque no sea cierto. 

Dejaré en mi tumba una flor
De papel glacé
Y en la escupida del viejo rengo 
Se irá otra madrugada sin su abrazo. 

Allá va un taxi siempre vacío
Ahí viene otra vez la vida...

Entidades roji-negras
Serán todo lo que quede
Después que ella se duerma

Habla a los gritos la realidad
Y todos los parroquianos
Escuchan el motor de una heladera.
Pero yo leo en la veta de la madera
La renuncia que jamás me encontrará

Dios es un perro sucio
Que suele pasear por esta calle
Upasar por Las Palmas
Pero no ésta noche. 

Fundiré este cuchillo
Para hacer con su metal
Una cometa de tormenta
Que cruce lo desconocido
Para llegar a su cama
Y con manos de perfume
Decirle que la quiero. 

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